Martes, 18 Septiembre 2012 15:31

Una Primavera Palestina

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primavera_palestinaLas manifestaciones de protesta en la Ribera Occidental ponen de manifiesto el alto grado de descontento de los palestinos hacia su propia dirigencia. ¿De dónde procede este descontento? Por JONATHAN SCHANZER

 

Las manifestaciones de protesta en la Ribera Occidental ponen de manifiesto el alto grado de descontento de los palestinos hacia su propia dirigencia. ¿De dónde procede este descontento?

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primavera_palestinaHa sido una semana de protestas en todo el Medio Oriente. Comenzando por Egipto y Libia, luego se extendió a Yemen, Túnez, Líbano y Sudán. Multitudes enardecidas salieron a las calles para protestar contra una película en contra del Islam que probablemente muy pocos habían visto. Los manifestantes fueron muy diversos en la elección de sus objetivos: no sólo atacaron las misiones de Estados Unidos en El Cairo y Benghazi, sino también incendiaron la embajada alemana en Sudán y quemaron un Kentucky Fried Chicken en el Líbano.

En medio de este furor, se puede estar pasando por alto una gran cantidad de protestas que se produjeron por una razón más tangible. Las manifestaciones que se produjeron a lo largo de la Ribera Occidental provocaron especulaciones de que la Primavera Árabe había llegado finalmente a Palestina. En los últimos días, desde Belén hasta Hebrón y Ramallah, los palestinos han salido a las calles. Sólo que esta vez, no están protestando contra la ocupación israelí: están denunciando a sus propios líderes.

A medida que las protestas palestinas siguen tomando temperatura, aquí se analizan ocho puntos que son necesarios tener en cuenta:

1. ES UNA ECONOMÍA DIFÍCIL. Las protestas empezaron como una airada respuesta al alza regional en los precios de los combustibles. Sin embargo, como señala el Washington Post, "los manifestantes también están molestos por los costos de los productos básicos, incluyendo los productos lácteos y gas de cocina, que también son importados de Israel y se venden a precios similares a los que se pagan allí, a pesar de que el ingreso promedio en la Ribera Occidental es mucho más bajo".

Los palestinos se sienten exprimidos económicamente. Como lo señalaba una pancarta en la protesta -creativamente colgada de un burro- "Sólo en Palestina: El clima del Golfo, los precios de París, y los salarios de Somalia". Mientras tanto, la ayuda externa se ha reducido de manera significativa. Como castigo a la solicitud unilateral de que se le reconozca a Palestina el status de Estado, realizada por el presidente Mahmoud Abbas en las Naciones Unidas, Estados Unidos ha retenido 200 millones de dólares en asistencia. Los Estados árabes, por su parte, han incumplido reiteradamente sus promesas. Como resultado de ello, la Autoridad Palestina se enfrenta a una crisis financiera, con una deuda de 1500 millones de dólares y un déficit operativo de 500 millones.

Estos problemas financieros han obligado al gobierno a postergar el pago de los sueldos de 153.000 empleados públicos, algunos en varias ocasiones durante los últimos meses. Añádase a esto las acusaciones generalizadas de corrupción y nepotismo entre la élite gobernante, y se tiene una situación económica insostenible.

2. ES POLÍTICA. No obstante las cuestiones económicas, las protestas son el resultado de la frustración política. Esto ha quedado muy claro por las recientes protestas contra el Protocolo de París, un acuerdo económico firmado como anexo a los Acuerdos de Oslo, que ata a la economía palestina a Israel. Al rechazar el acuerdo, a pesar de los beneficios tangibles de la cooperación económica con Israel, los palestinos están mostrando la poca fe que tienen en los acuerdos de Oslo.

Abbas, por su parte, se niega a negociar con los israelíes, a menos que se establezca un congelamiento total de la construcción de asentamientos –un paso que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu insiste en que está fuera de discusión–. En lugar de la diplomacia, el liderazgo palestino ha prometido revivir su apuesta por un Estado en las Naciones Unidas. Sin embargo, esto probablemente sólo le significará la obtención de un status de observador no miembro en el mejor de los casos. Mientras tanto, el mundo ha perdido el interés por la causa palestina, ya que las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el nerviosismo económico global y la amenaza de un Irán nuclear están en el centro de las preocupaciones.

Pero los palestinos saben que sus problemas comienzan en casa. La división entre los dirigentes de Fatah en Cisjordania y Hamas en Gaza sigue socavando el concepto mismo de la identidad nacional palestina. Este conflicto interno ha impedido repetidamente las elecciones, dejando a los habitantes de Cisjordania muy conscientes del hecho de que su anquilosado y corrupto gobierno ha pasado su fecha de caducidad.

3. LA AUTORIDAD PALESTINA ESTÁ EN LA MIRA. Este es el mayor desafío interno que la Autoridad Palestina ha enfrentado en sus 18 años de existencia. Los palestinos no pueden ignorar el hecho de que su cuasi–gobierno ha desperdiciado una oportunidad tras otra desde la negativa de Yasser Arafat a hacer las paces con el primer ministro israelí Ehud Barak en el 2000 en la Cumbre de Camp David, hasta la misteriosa implosión de las conversaciones entre Abbas y el primer ministro israelí, Ehud Olmert en el 2008, que también podrían haber puesto fin al conflicto palestino-israelí.

Siempre se supuso que la Autoridad Palestina sería un órgano interino que serviría para preparar el camino hacia la creación de un Estado palestino real. Pero en ausencia de un proceso de paz, ha perdido su razón de ser. Es por eso que algunos están llamando a la desaparición de la Autoridad Palestina. Según afirman los críticos, la cooperación en materia económica y de seguridad con Israel, sólo sirve para beneficiar a los israelíes. Por supuesto, Israel ofrece una gama de servicios críticos para la Autoridad Palestina –pero esto sólo pone de relieve el hecho de que el órgano de gobierno aún tiene que asumir todas las responsabilidades de gobernar–.

Por otra parte, las acusaciones de corrupción han desafiado la legitimidad de la Autoridad Palestina mucho antes de que sus fuerzas de seguridad comenzaran a enfrentarse con los residentes locales. Las protestas en curso están empeorando las cosas. No se debe olvidar que la Autoridad Palestina fue creada siguiendo la imagen de una autocracia árabe –al estilo del Egipto de Hosni Mubarak– no exactamente la forma de gobierno más alabada en estos días.

4. SALAM FAYYAD ESTÁ EN PROBLEMAS. Una de las figuras asociadas más estrechamente con la Autoridad Palestina es el primer ministro Salam Fayyad. El ex funcionario del Banco Mundial, alguna vez niño mimado de Occidente por sus esfuerzos para combatir la corrupción y aumentar la transparencia en Ramallah, se ha convertido en el objeto de la ira palestina. Los manifestantes pidieron su renuncia y corearon en las calles "¡Fuera Fayyad!" durante la reciente ronda de manifestaciones. El 8 de septiembre, una multitud furiosa rodeó al séquito de Fayyad al terminar una entrevista de radio en Ramallah, y el 10 de septiembre los manifestantes lanzaron zapatos a un cartel con el rostro del premier.

Fayyad se comprometió a renunciar si hay una "demanda real del público", pero su partida sería una pérdida para el movimiento palestino. Él sigue siendo una de las mejores apuestas de la Autoridad Palestina para promover reformas políticas y económicas. Sin embargo, el hecho de que es un independiente que nunca se unió a Fatah le ha ganado muchos enemigos políticos incluyendo Mahmoud Abbas. El hecho de que tiene fuertes lazos con Estados Unidos e Israel tampoco le sirve exactamente para ganar credibilidad en las calles de Ramallah. Muchos palestinos afirman en voz baja que algunos dirigentes de Fatah están ayudando a organizar manifestaciones anti-Fayyad. Asimismo, elementos pro-Fatah están haciendo oír su voz en algunas manifestaciones. Mohammed Shtayyeh, miembro del comité central de Al-Fatah y Tawfiq Tirawi, el ex jefe de inteligencia de la Autoridad Palestina, serían quienes están incitando las protestas.

5. MAHMOUD ABBAS TAMBIÉN ESTÁ EN PROBLEMAS. Si los dirigentes de Fatah están detrás de las protestas anti-Fayyad, están jugando con fuego. Si Fayyad se va, Abbas podría ser el próximo. Los manifestantes ya están pidiendo la renuncia del presidente.

Abbas ha tratado de ponerse al frente de las protestas, afirmando desde el principio que "la Primavera Palestina ha comenzado." Pero su reciente viaje a la India en medio de esta agitación subraya su absoluta carencia de respeto por la opinión pública. Vale la pena señalar que el mandato de Abbas expiró oficialmente en enero de 2009. En la era de la Primavera Árabe, los líderes que se aferran al poder más allá de la finalización de su mandato se han convertido en una especie rara.

6. GAZA ESTÁ A SALVO... POR AHORA. El 3 de septiembre, un joven en la Franja de Gaza se inmoló, imitando al comerciante tunecino Mohammed Bouazizi, que desató la Primavera Árabe a finales de 2010. La Agencia palestina Maan News citó al líder de Hamas Musa Abu Marzuk, diciendo que las protestas en Cisjordania se podrían expandir a Gaza en muy poco tiempo, pero Hamas luego ha negado esta posibilidad. Por el momento, Gaza aparece aislada de las protestas. Hamas, después de todo, no recibe ninguna ayuda occidental y, por lo tanto, tiene pocas limitaciones acerca de aplastar cualquier disidencia.

Mientras tanto, es correcto afirmar que la facción islamista está observando los acontecimientos en la Ribera Occidental con la respiración contenida. Desde que Hamas ganó las elecciones legislativas en 2006, sus líderes han creído que son los herederos legítimos de la Autoridad Palestina. El malestar actual, por no mencionar el asalto al liderazgo de la ANP, parece reivindicar al grupo islamista.

7. LA NO-VIOLENCIA SE CONVIERTE EN VIOLENCIA. Se ha hablado mucho de la resistencia popular y no violenta en los últimos años como una forma de desafiar a Israel. Como resultado, los palestinos ahora están empleando esas mismas tácticas en contra de la Autoridad Palestina. Mientras que los primeros días de las protestas fueron marcados en gran parte por las huelgas de transporte y las multitudes cantando, algunos manifestantes se han olvidado de canalizar el espíritu de Gandhi y Martin Luther King. En una manifestación el 10 de septiembre, los palestinos rompieron ventanas e incluso intentaron asaltar un edificio municipal en Hebrón antes de chocar con la policía. Ochenta personas resultaron heridas en los enfrentamientos. Sólo se puede imaginar lo que podría ocurrir si protestas violentas fuesen instigadas por parte de las fuerzas de seguridad palestinas. ¿Podrían los manifestantes mantener la disciplina?

8. "INTRAFADA"... POR AHORA. Con más protestas planeadas a lo largo de la Ribera Occidental, la Primavera Palestina no parece mostrar signos de disminuir. Aunque la ira palpable contra los israelíes es un tema común, las protestas parecen estar destinadas principalmente a la Autoridad Palestina. Esto es, tomando prestado el concepto del analista David Pollock, una "intrafada", no una intifada contra Israel.

Por supuesto todo podría cambiar. Si el ejército israelí se ve atrapado en choques que deriven en víctimas palestinas, rápidamente se podría desatar una nueva ola de violencia que se volvería rápidamente desagradable.

¿El liderazgo de la Autoridad Palestina verá con beneplácito la oportunidad de dar rienda suelta a las multitudes airadas contra Israel? Sin duda, podría crear un respiro para ellos, reorientando su rabia hacia otra parte. La ira hacia Israel es un denominador común en las calles palestinas. Pero eso no significa que la gente en la Ribera Occidental no quiera poner su casa en orden. Puede ser que sea un poco tardía, pero aun así sigue siendo la Primavera Árabe. 

 

FUENTE: Foreign Policy

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