El acceso al crédito es unos de los principales problemas que enfrentan los sectores productivos industriales en nuestro país. Para combatir está realidad, el gobierno nacional ha lanzado en 2010 una línea de financiamiento tendiente a darle una solución a este importante limitante del crecimiento de la capacidad productiva, no solo de una empresa sino de la economía en general.
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El pasado primero de octubre la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, entregó 29 certificados del Programa de Financiamiento Productivo del Bicentenario por un total de $ 521 millones. La meta principal de los Créditos del Bicentenario es otorgar nuevas herramientas financieras a empresas argentinas, ya sean pymes o grandes, con el fin de facilitar la ejecución de inversiones productivas a largo plazo que logren aumentar la oferta de bienes y servicios, generando empleo, agregando valor e incrementando la competitividad de la industria local.
Estos nuevos certificados, de los cuales 23 están dirigidos a pymes (80% del total), generarán una inversión total de $ 608 millones, con 700 nuevos puestos de trabajo, una sustitución de importaciones por $ 170 millones y un aumento de las exportaciones de $ 140 millones. Incluyendo dichas cifras, desde que se inició el programa en 2010 ya se entregaron 491 proyectos con un valor de $ 10.058 millones, lo cual representa una inversión mayor de $ 15.800 millones, incorporando el monto que les corresponde colocar a los destinatarios de los préstamos.
El impacto total de dicho Programa de Financiamiento se calcula en un aumento de 30.000 empleos, mas de $ 16.500 millones en exportaciones y una sustitución de importaciones de casi $ 6.000 millones. Estos préstamos se distribuyen sectorialmente de la siguiente manera: Laboratorios ($1.024 millones), Automotriz ($1.015 millones), Comercio ($899,6 millones), Siderurgia/Metalurgia ($859,7 millones), Autopartes ($498 millones), Electrodomésticos y Electrónica (389,6 millones), Carne Aviar (387,9 millones), Neumáticos (387,8 millones), Logística (345,3 millones), Textil (309,1 millones), Lácteos (307 millones), Carne Porcina (275,5 millones), Maquinaria Agrícola y Agropartes (273,1 millones) y Alimentos y Bebidas (272,2 millones), entre otros.
Las condiciones para acceder por parte de las empresas a esta línea de créditos es que la financiación de los nuevos proyectos de inversión impliquen generación de empleo permanente, incremento de la producción de bienes y/o servicios, aumento de la exportación de bienes y/o servicios o sustitución de importaciones. Así, no será financiable la adquisición de empresas existentes, la compra de tierras, la financiación de capital de trabajo y la refinanciación de facilidades crediticias ya otorgadas.
Las características crediticias del Programa, que incluyen un plazo de financiación de 5 años (con hasta 1 de gracia); una tasa del 9,9 % nominal anual fija y en pesos por el plazo total solicitado (la más competitiva del mercado); y una financiación del hasta el 80% del presupuesto de inversión, lo convierte en una de las opciones de crédito más demandada por parte de los empresarios.
Con respecto a la distribución por provincias, Santa Fe ocupa el tercer lugar representando el 14,4% del total de los créditos otorgados, por detrás de Buenos Aires (34,8%) y Córdoba (18,4%). Lo que implica que llegaron $ 1.453 millones a empresas santafesinas de diferentes rubros; metalmecánica, maquinaria agrícola, láctea, electrodoméstica, del plástico e indumentaria, entre otras. Esto, sin duda, le da un fuerte impulso a los préstamos dirigidos a la industria manufacturera de la provincia, en donde sólo un 16,6% del crédito bancario total (esto es, $ 3.588 millones) tiene ese mismo destino y el resto se direcciona básicamente hacia la producción primaria y el comercio.
Por último, el Programa de Créditos del Bicentenario promueve la inversión de capital fijo de las pymes, ya que el 63% están dirigidos hacia ellas, junto con las demás opciones que promueve el Estado Nacional como el cambio en la carta orgánica del Banco Central y la disposición vigente de que un 5% de los depósitos que tienen los bancos privados deben destinarse a la inversión productiva. Sin embargo, como asignatura pendiente, se puede nombrar las dificultades de financiamiento para el capital trabajo (variable) que tienen dichas pymes, debido a que son mano de obra extensiva, generando cerca del 70% del empleo industrial, y que hoy lo consiguen mediante mecanismos limitados y costosos, recurriendo al descubierto con altas tasas o a créditos de proveedores, generalmente con un plazo de cancelación menor a seis meses.
(*) Investigador de la Fundación para la Integración Federal