Ordóñez aseguró que “nuevos hechos de tensión amenazan la zona del Golfo Pérsico y más concretamente en el Estrecho de Ormuz donde dos cargueros petroleros, uno de origen noruego y el otro de origen japonés fueron víctimas de una explosión”. A partir de este hecho, recordó que “el Estrecho de Ormuz es el paso de tránsito por donde navega ni más ni menos que alrededor del 20% de la totalidad del comercio mundial de petróleo. Esto ha hecho que el barril de petróleo suba a US$62, un 4%. Pero otra de las consecuencias ha sido el aumento de las tensiones entre Estados Unidos y la República Islámica de Irán”, ya que se acusa a esta última de haber provocado las explosiones.
El internacionalista enfatizó que “ya se ha hablado en muchas ocasiones de estos dos países. Esta situación se da en el marco del retiro unilateral, por parte de Estados Unidos, del Acuerdo 5+1 que promovía una moratoria en el desarrollo nuclear iraní. Este retiro ha dejado a los socios europeos de este pacto en la disyuntiva entre mantener contento a Donald Trump, y a la vez contener a Irán en la senda de la moderación nuclear”. En consonancia con lo anterior, afirmó que “las explosiones de los cargueros han generado nuevos temores de conflicto bélico en una zona muy sensible para el comercio mundial, y de aquí se desprende el aumento en el precio del petróleo. Es decir, por los riesgos de una conflagración bélica y no por la propia importancia de los dos cargueros”.
Ordóñez advirtió que “todavía no están determinadas las responsabilidades del caso, a pesar de que en la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Estados Unidos acusó directamente a la Guardia Revolucionaria Iraní de haber perpetrado estos ataques”. Además, dijo que “esta situación coincide con las tareas de mediación que el Primer Ministro japonés, Shinzo Abe, se encuentra haciendo ante el ayatolá iraní Alí Jamenei para moderar las tensiones con Estados Unidos. Por ahora, no ha tenido éxito”.
En este sentido, el analista confirmó que “todo esto hace pensar en un nuevo momento de las tensiones. Si bien todavía creo que estamos lejos de una conflagración bélica, ambos se están tanteando para ver hasta dónde llega cada uno, dando como resultado una situación de incómoda tensión, en un lugar extremadamente sensible para el comercio internacional”.
En cuanto al papel que está jugando el Gobierno de los Estados Unidos, el internacionalista manifestó que “Donald Trump acostumbra a jugar con el palo y la zanahoria, una figura muy utilizada en la retórica internacional: el palo para castigar, la zanahoria para premiar. Amaga con iniciar acciones profundas pero luego abre una puerta para negociar. Lo que Trump hizo hasta ahora fue dejar que su Secretario de Estado, Mike Pompeo y su Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, inciten a pensar que habrá una conflagración de algún tipo con Irán mientras que el propio Presidente norteamericano los desmiente, asegurando que no quiere una guerra con la República Islámica. Esto movimientos pueden leerse en clave de presión hacia Irán para obligarlo a retomar las negociaciones en el Acuerdo 5+1, ya que Trump sostuvo siempre que el acuerdo firmado por su antecesor, Barack Obama, era un pésimo acuerdo y que podía ser mejorado. Una de sus promesas de campaña fue lograr un pacto más beneficioso para los Estados Unidos”.
No obstante, Ordóñez señaló que “lo que se ha logrado es que se les abrió el juego a los sectores más conservadores y belicistas de ambos países”.
En conclusión, el analista sostuvo que “la suba del petróleo puede repercutir en nuestro país, como neto tomador de precios. Esto probablemente refuerce el discurso del Presidente Macri a la hora de justificar el aumento de los precios del petróleo y el rebote que ocurre en los precios internos del combustible, y por ende en el precio de otros bienes sensibles. Esto marca por qué hablamos de estos temas y cómo se relaciona todo con todo”.
(*) Analista del Centro de Estudios Políticos Internacionales (CEPI)