Domingo, 15 Septiembre 2024 11:48

Doce segundos Destacado

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No es la luz,
lo que importa en verdad.
Son los 12 segundos de oscuridad,
12 segundos de oscuridad…

“Doce segundos en la oscuridad” - Jorge Drexler

Rápidas y furiosas. Así parecen ser las respuestas institucionales de los gobiernos nacional y provincial ante determinados reclamos sectoriales. Si en el artículo del domingo anterior establecíamos puntos de diferenciación y encuentro entre la gestión libertaria y la de Unidos, en la semana que pasó las coincidencias se hicieron mucho más evidentes a partir de cómo actúan frente a ciertas demandas populares. Siete días de violencia, fake news y mentiras desembozadas como argumentación de algunas transformaciones. Pasen y vean. Quedan todos y todas formalmente invitados.

A comienzos de semana el oficialismo nacional se enfrentaba a un serio desafío: la oposición en diputados se proponía insistir con el proyecto de movilidad jubilatoria, el cual se había sancionado con amplios márgenes de votos, necesitando de las dos terceras partes de los legisladores presentes en la sesión para dar vuelta el veto presidencial.

Fue el propio Javier Milei el que se puso al frente de una jugada política a la que no suele estar acostumbrado. Convocó a un grupo de legisladores radicales que no tuvieron ningún empacho en cambiar la postura que los había llevado a votar a favor hace apensas dos meses, generando una crisis de proporciones ya no al interior del bloque que conduce el cordobés Rodrigo De Loredo, sino al interior del centenario partido.

Podría decirse que el presidente está aprendiendo a hacer política ya que, con un solo movimiento, puso en crisis a un sector de la oposición y logró su objetivo de bloquear que la ley quedara firme. Que la victoria sea a expensas de uno de los dos sectores más desfavorecidos de la sociedad y que pague cierto costo político, es algo que al papá de Conan, no parece importarle del todo.

El acuerdo con el grupo de radicales tuvo mucho de una componenda que da vergüenza ajena. Negociando con parte de una supuesta casta que el candidato Milei supo denunciar, al rato de producida la votación en el recinto, no dudó de calificar como héroes a los 87 diputados que se negaron a insistir con una muy moderada mejora para nuestros viejos.

No son pocas las voces del sistema político, que en las horas posteriores relativizaron el éxito oficialista a la luz de la represión que otra vez se desató en las adyacencias del Congreso de la Nación, sobre jubilados y trabajadores que se movilizaron como respaldo a la posibilidad de hacer caer el veto. Ya a comienzos de semana, voces periodísticas cercanas al gobierno dejaban trascender que la marcha podría ser “multitudinaria y peligrosa”.

Con las imágenes de la represión como un estandarte, el oficialismo amplió el margen del costo político con el ataque a una niña de 10 años que, junto a su madre, resultó gaseada. Desde cierta vocinglería mediática que rápidamente sintonizó con los dichos de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que inicialmente cuestionaba el hecho de que Fabricia estuviera presente en la movilización, hasta llegar a confirmar que la policía había actuado desprovista de cualquier reflejo de humanismo, se construyó una fake news de proporciones que dejó involucrados a funcionarios de primera línea del mencionado ministerio y a operadores mediáticos que resultan cercanos e íntimos al gobierno.

Con la misma irreductibilidad de la onda expansiva de una piedra lanzada al agua, uno y cada uno de los protagonistas quedaron salpicados por un verdadero enchastre que se profundizó cuando, apenas un día después, aparecieron las disculpas públicas de un tal Eduardo Feinmann hacia Bullrich por haber pedido su renuncia y la de los funcionarios más cercanos a ella. Ni Netflix se anima a tanto.

Pero las malas siguieron para el gobierno. Al número de inflación de agosto que se conoció el día miércoles (4,2%), el cual refleja los límites del oficialismo ya que con una caída de la actividad económica de proporciones, el libertarismo no puede consolidar una tendencia más marcada hacia la baja; se le sumó el rechazo en el Senado al DNU que habilitaba $100.000.000 millones para la SIDE y la aprobación de la ley de financiamiento de la educación superior que, rápidamente, el presidente anunció que vetará.

Ante esto último se abren escenarios de escasa certidumbre ya que si, se repitiera el recorrido de la reforma jubilatoria (aprobación, veto e imposibilidad de insistencia legislativa), nadie sabe del todo si el grupo de radicales convertidos seguirán con esa misma actitud y, si se plasmara el mismo recorrido, las respuestas en las calles serían idénticas. Una cosa es ir contra un sector de la sociedad como el de los jubilados, sin representación institucional de peso y otra muy distinta ir contra el sistema de educación superior que cuenta con todos los resortes a su disposición, jóvenes incluidos. El oficialismo se asoma así al riesgo de una doble derrota. En el palacio y en las calles.

Pero como si las imágenes de la violencia institucional en CABA no alcanzaran, también hubo que ampliar la mirada sobre lo que sucedía en la ciudad de Santa Fe, con la aprobación en la Cámara de Diputados de la reforma previsional.

Con el triste récord de haber sido sancionada en dos semanas desde que el proyecto ingresó al Congreso, las imágenes previas a la sesión donde se mostraba el vallado de toda la zona aledaña a la Plaza de Mayo, anunciaba que nada bueno se estaba por legislar.

La forma en que el Poder Ejecutivo encaró el proceso (que le dio una evidente victoria), con nulo debate social, sin escuchar (en serio y no con la pantomima de una comisión creada a gusto y piaccere) y sin el debate de rigor de parte de los representantes del pueblo, abriendo los espacios de discusión a los distintos actores del sistema; crearon el caldo de cultivo para el enojo del conjunto de trabajadores.

Los hechos producidos el día miércoles en la capital de la provincia dejaron tres datos que deben tenerse en cuenta:

1. El socialismo que terminó votando en contra de los trabajadores. Si uno revisa la línea histórica de cómo nacieron los partidos, cómo se formaron y cómo se consolidaron, no deja de resultar llamativo que el partido fundado por Guillermo Estévez Boero, termine aupado por el mismísimo PRO, el cual nació a los fines de representar intereses definitivamente contrapuestos y muy en línea con la ley aprobada.

2. El saneamiento del déficit será parcial. Dicen sus defensores que la reforma representa un 25% del rojo previsional, lo cual supone unos $75.000 millones. La pregunta se cae por su propio peso: ¿cómo se financiarán los $225.000.000 millones restantes?

3. Deslegitimación de la lucha social. Rápidamente, el pullarismo salió a instalar la idea de que los movilizados y violentos eran la misma cosa y que sólo representaban a un pequeño grupo de dirigentes a los que se les quitaban privilegios. La afirmación resulta riesgosa por un doble motivo. No escucha a los afectados por una medida y, simultáneamente, al oponerse estos, los ubica en un lugar fuera de la ley. Un juego demasiado riesgoso para una democracia que se dice reivindicar.

Doce segundos tardó la presidenta de la Cámara de Diputados Clara García en hacer votar la ley a sus pares. Otro récord que ubica en un lugar de desprestigio a una dirigente, que más allá de las diferencias, se había sabido ganar el respeto de todo el arco político santafesino. El tratamiento exprés de la ley, la forma en que se llevó adelante la aprobación (recomendamos escuchar el audio), los cuestionamientos que posteriormente aparecieron respecto del procedimiento legislativo en consideración con las abstenciones que no tenían pedido de autorización y las acusaciones cruzadas en el medio del recinto, plantean la pregunta de por qué el oficialismo, teniendo mayoría holgada en ambas cámaras, recurrió a esa metodología.

¿Corrían riesgo las mayorías y se debilitaría el frente oficialista, siempre sustanciado en un delicado equilibrio? ¿Un debate amplificado relativizaría el rol determinante del déficit de la Caja de Jubilaciones en las cuentas públicas?

Estas preguntas representan escenarios contra fácticos y, de alguna forma, no tienen demasiada importancia para el análisis político ya que son parte de hechos que no sucederán y por lo tanto carecen de valor. Pero lo que sí puede afirmarse sobre los hechos de la tarde del miércoles, los cuales, insistimos, son una resultante, es que la calidad institucional santafesina dio un paso atrás de cara a la sociedad, más allá de los festejos de rigor del oficialismo.

Doce segundos tarda el haz de luz en hacerse visible en el faro de Cabo Polonio. Tiempo para alumbrar la noche en tierra y en altamar. Canta Jorge Drexler “pie detrás de cada pie iba tras el pulso de claridad”. Tal vez de eso se trate, de seguir caminando, más allá de los 12 segundos que a veces nos dejan en la oscuridad.

 (*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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