Domingo, 29 Septiembre 2024 09:52

Billetera mata novedad Destacado

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Javier Milei y Susana Giménez en el balcón de Casa Rosada Javier Milei y Susana Giménez en el balcón de Casa Rosada RS Fotos

Yo entiendo qué te pasa, si sos tan solo un niño
aunque te hagas el malo te está faltando cariño
yo no tengo enemigos y no los necesito
igual vení acercate que te firmo la fotito…

“Fanático”. Lali Espósito

Una exposición en la ONU que no tuvo, ni por asomo, el impacto internacional esperado por el libertarismo. Encuestas que marcan un marcado declive en la ponderación de la figura presidencial. Buena parte de la Córdoba turística incendiada por la acción del hombre. Y los números de pobreza del primer semestre de 2024 que reflejan un crecimiento exponencial y que la proyectan a los valores de comienzos de siglo. Todos estos hechos, en parte, marcan la agenda política de la última semana de setiembre, con un oficialismo que se esfuerza en el intento de desviar los ejes de discusión y que se terminan transformando en verdaderos tiros en el pie. No sólo los bolsillos de la mayoría de los argentinos tienen límites, las novedades también. Recorrido por días de dudosa efectividad de leones y allegados. Pasen y vean. Quedan todos y todas formalmente invitados.

En los días previos a su viaje a Nueva York, allegados al gobierno habían hecho correr la versión de que el presidente Javier Milei se preparaba para brindar un discurso que además de disruptivo, incluía denunciar a China por su rol en el concierto de las naciones. Bastó que con el mismo método, voceros de la embajada de ese país, comentaran off the record que no estaban dispuestos a tolerar ciertos planteos, para que el papá de Conan omitiera cualquier referencia a los herederos de Mao.

El primer mandatario denunció la falta de eficiencia de la ONU, su supuesto socialismo y se corrió de cualquier tipo de acuerdo que se pueda tejer a partir de las agendas internacionales construidas por estos días. En su relato supuestamente rupturista, no omitió alinearse con Estados Unidos e Israel. Pero a la vez no pudo evitar, vaya paradoja, que su estrategia lo dejara aislado y realizando planteos similares a los de Rusia, Nicaragua y Venezuela. Con un nulo impacto internacional, quedó demostrado que, a los fines de evitar el ridículo, el gran juego de las relaciones internacionales se juega desde la experiencia y el saber hacer, no desde el arrebato de un personaje que se imagina como un profeta de un nuevo tiempo social, antes que un dirigente interesado en mejorar la calidad de vida del pueblo que lo eligió.

El Gobierno enfrenta un tiempo difícil. Todas las encuestas reflejan una caída de la imagen presidencial y no son pocos quienes se preguntan si la comunicación libertaria, sostenida a fuerza del ejército de trolls que habitan la Casa Rosada y de un grupo de operadores mediáticos con una enorme visibilidad, alcanza para dejar de caer o, para peor, si ya no resulta “viejo”.

Milei construyó su figura pública sobre tres ejes: la denuncia a la casta, el insulto como instrumento del relato y una singular articulación en redes que le permitió tener llegada a sectores etarios que la política tradicional había dejado de interpelar. En el marco de la campaña electoral esas formas resultaron muy efectivas, pero gobernar se trata de otra cosa. Sobre todo si entendemos que los “éxitos” institucionales libertarios se construyeron sobre la base de negociar con los políticos y los poderes fácticos que se denunciaban.

La idea de amigo / enemigo es intrínseca a la política, algo que explicó y muy bien el bueno de Carl Schmitt. Y en ese devenir, el libertarismo gobernante, a la que vez que denuncia a sus enemigos, en no pocas ocasiones (a veces ocultas, otras a la luz pública), transa y se amiga con los supuestos inescrupulosos:

-          Negó un aumento a jubilados pero negoció con un grupo de diputados para bloquear la insistencia legislativa a quienes terminó llamándolos “héroes”.

-          Denunció la supuesta corruptela sindical, fogoneó proyectos de ley que limitan las reelecciones en los gremios, pero terminó acordando con lo más conservador de esa dirigencia, dejando de lado acuerdos previos con distintos bloques legislativos.

-          Ahogó al sistema universitario por ser supuestamente ineficiente por una doble vía. Por un lado con la reducción al mínimo de los gastos de funcionamiento, para otorgar después todo lo reclamado por el Consejo Interuniversitario Nacional. Y por otro, con paritarias vergonzosas para los trabajadores y que, en la previa de lo que podría ser una enorme movilización el día 2 de octubre, ofreció un aumento que no llega al 6%, afirmando que se estaba frente a una oferta histórica.

El de Milei es un gobierno que no tiene empatía frente al dolor social. Lo demostró inicialmente en la crisis climática que vivió la ciudad de Bahía Blanca (“yo sé que ustedes podrán resolverlo”); lo viven cada semana los jubilados cuando son reprimidos por reclamar mejoras en sus haberes; hizo gala de su desaprensión cuando juntó a varias decenas de legisladores en un asado para celebrar la vigencia del veto a la reforma de movilidad jubilatoria y esta semana lo sufrieron los cordobeses cuando visitó la provincia a partir de los incendios forestales en el valle de Punilla, donde no llevó ningún tipo de ayuda ni se tomó el tiempo de saludar a los bomberos que luchan contra ese ecocidio.

Pero no conforme con lo anterior, lo volvió a demostrar en la tarde del día jueves cuando coincidentemente, mientras se daba a conocer el aumento escandaloso de la pobreza, salía a saludar desde un cada vez más devaluado balcón de la Casa Rosada junto a Susana Gimenez, conductora televisiva que parece no contar con el encendido televisivo de otros tiempos y con quien grabó una nota que se emitirá el día domingo a la noche. ¿Volverá a darse una caída del rating como en la jornada de la presentación del presupuesto o las partes podrán salvar la ropa? Dudas que se develarán en pocas horas.

De alguna extraña manera, el mundo libertario se regodea con algunas fotos sepia de los 90’: a lo comentado en el párrafo anterior, deben sumarse la vigencia del apellido Menem como síntesis de controversia; la señora Amalia "Yuyito" González que vuelve a hacerse visible por sus vinculaciones románticas con algún sector del poder; Juan Bautista "Tata" Yofre vuelve a formar parte del entramado de inteligencia a través de la vieja / nueva SIDE y ciertos sectores de la dirigencia sindical negocian en silencio reformas laborales, bajo el eterno argumento de que si se lo deja al gobierno, el escenario futuro podría ser peor. De alguna manera no deberíamos olvidar que hace tres décadas ayudaron a desguazar un país. No es menos cierto que la vieja frase marxista sobre la tragedia y la farsa vuelve a cobrar sentido. Pero en honor a lo remanido de su uso, obviaremos cualquier profundización explicativa.

En 2024, el ajuste sobre la educación y la salud pública, las amenazas sobre Aerolíneas Argentinas, el estado de abandono del servicio de trenes para el interior del país, la eliminación de los subsidios para el transporte urbano, el desinterés manifiesto por defender una política industrial, la discrecionalidad en las transferencias a las provincias y el cierre definitivo de áreas estatales que daban respuestas a demandas del presente siglo, completan un cuadro donde las novedades parecen agotarse.

El número de la pobreza era parte de algo muy anunciado y que el oficialismo, los dirigentes aliados, unos cuantos gobernadores que apoyaron el pacto de mayo firmado en julio y sus operadores mediáticos, hasta ahora se negaban a ver fingiendo demencia. De todas formas, no son pocos los protagonistas que en su anti peronismo genético expanden culpas hacia el gobierno anterior, como si la devaluación operada en los primeros días de diciembre se le deba a los Massa boys.

Se repite así un esquema practicado por Mauricio Macri allá por comienzos de 2016, cuando produjo un apagón estadístico de seis meses y cumplido ese plazo, pidió que a su gestión se la evaluara a partir de ese momento, luego de otra devaluación de proporciones. En el caso libertario, mientras el presidente anuncia que los salarios le ganan a la inflación, omite medir su gestión desde el día 10 de diciembre.

La novedad aquí, es que el deterioro es mucho más rápido que en la gestión amarilla. Y no hay mucha cosa nueva por contar ya que las sorpresas de antaño dejaron de serlo al calor de acostumbrarnos, todos, a cierta rutinización libertaria. Las estrategias novedosas comienzan a agotarse paralelamente a dos factores innegables: el ya comentado deterioro social y que, por ahora, el apoyo que pierde Milei no parece correrse hacia otros referentes.

En los deterioros de los niveles de aprobación sobre la figura de Milei y su gobierno, parece hacerse visible la pregunta de “qué me ofreces además de insultos, acuerdos y desacuerdos circunstanciales con la casta que denunciaste y un deterioro económico del día a día”. Y si la billetera (gorda) mataba galán, la billetera (flaca) mata las novedades que ya no lo son tanto.

 (*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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