Martes, 14 Agosto 2012 23:17

Participar en el Presupuesto

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presupuesto_participativoPresentamos aquí algunas cifras que permiten reflexionar sobre la realidad actual del Presupuesto Participativo de la ciudad de Rosario. Por FERMIN OYARZABAL

 

Presentamos aquí algunas cifras que permiten reflexionar sobre la realidad actual del Presupuesto Participativo de la ciudad de Rosario

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presupuesto_participativoEn el año 2002 la Municipalidad de Rosario lanzó la primera edición del presupuesto participativo (PP) a fin de incluir de forma directa a la ciudadanía en una de las decisiones políticas más importantes del Estado como es el proceso presupuestario. Lo que por aquél entonces surgía como una novedosa idea para nuestra ciudad ya era aplicado por otras ciudades del mundo, siendo la pionera Porto Alegre, que utiliza esta herramienta desde la década del 80. Ahora bien, lo que en su momento parecía ser un paso adelante en la democratización de las decisiones sobre el destino que se le dan a los recursos estatales y era presentado como un cambio radical en la forma de gestión pública, ¿es hoy una manifestación real de la participación ciudadana? ¿Es posible afirmar que gran parte de los rosarinos tiene injerencia a la hora de decidir el destino de los fondos públicos?

Para el año 2003 se sometió a la votación de los rosarinos un monto de $24.295.661, lo que representaba para ese entonces un 8,12% del gasto corriente de la administración central, siendo este un porcentaje nada despreciable. Así, parecía ser una iniciativa prometedora y digna de ser profundizada. No obstante, a pesar de que el contexto macroeconómico mejoró sustancialmente y junto con ello la capacidad del municipio de incrementar sus recursos, el presupuesto participativo fue perdiendo relevancia año tras año y pasó a tener un rol meramente publicitario.

Hoy en día, el presupuesto participativo se ve críticamente afectado por la decisión política de dejarlo diluirse en el tiempo y sólo representa el 1,84% del gasto corriente de la administración central o lo que es lo mismo, los rosarinos tienen poder real de decisión sobre $1,84 de cada $100 que el municipio gasta para su funcionamiento anual. Al mismo tiempo, los desmanejos financieros del gobierno municipal han llevado a que Rosario deba financiarse recurriendo a una mayor deuda con proveedores lo que incrementa sensiblemente el costo de la misma. De esta forma, los intereses crecen en forma constante y de seguir esta política terminarán por superar los montos destinados al tan famoso presupuesto participativo (hoy son más del 75% del mismo).

PP

Distinta política es la seguida por el municipio de Porto Alegre, donde no se dejó morir la iniciativa y hoy se destinan montos equivalentes al 7,05% del gasto corriente y donde los intereses de la deuda sólo representan el 15,36% del PP.

Es necesario remarcar que el gobierno sostiene que usa los resultados de las votaciones del presupuesto participativo para identificar las prioridades de la ciudadanía y con eso elaborar el proyecto de presupuesto que se eleva todos los años al consejo, por lo que el proyecto final reflejaría en los fondos destinados a las diferentes secretarías las preferencias de los rosarinos. Esto haría que el PP fuera un canal válido de comunicación entre gobernantes y gobernados permitiendo el reflejo de las voluntades de los habitantes en el presupuesto de la municipalidad, al margen de que los montos destinados a los proyectos puntuales sean exiguos, pero ¿qué preferencias refleja el presupuesto municipal? Según los datos municipales, en el PP 2012 participaron 52.694 rosarinos. ¡Sólo el 4,40% de la población de la ciudad!

Así, con estos datos es posible concluir que sería más útil que el gobierno municipal deje opinar a los rosarinos de ciertas cuestiones como el financiar déficits estructurales con una deuda creciente o la poca inversión en obra pública que se presupuestó para el año 2012. Si a la participación ciudadana se la dejara tener un peso real en las decisiones de gestión o el gobierno municipal se mostrara verdaderamente receptivo a sugerencias o críticas provenientes de otros sectores políticos quizá hoy no sería necesario "estar rascando la olla".

(*) Investigador de la Fundación para la Integración Federal (FUNIF)

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