Las dos naciones más pobladas del mundo quieren zanjar sus disputas fronterizas. China e India han firmado este miércoles un acuerdo destinado a incrementar la confianza y aliviar las tensiones fronterizas durante la visita oficial de tres días que el primer ministro indio, Manmohan Singh, está realizando a China. El viaje pretende impulsar las relaciones comerciales y hacer avanzar la resolución del conflicto que mantienen los dos vecinos sobre la demarcación de la línea limítrofe común en la región del Himalaya. Singh llegó a Pekín el martes por la tarde procedente de Rusia y hoy se ha reunido con el primer ministro chino, Li Keqiang. Está previsto que cene con el presidente Xi Jinping. También dará una charla en la Escuela del Comité Central del Partido Comunista Chino.
Las relaciones entre India y China están ofuscadas por las disputas territoriales, que provocaron una breve guerra en 1962. La línea fronteriza nunca ha sido demarcada adecuadamente. Aunque los dos países han firmado acuerdos para mantener la paz, la tensión subsiste y el pasado abril saltó la chispa.
Las relaciones entre India y China están ofuscadas por las disputas territoriales, que provocaron una breve guerra en 1962. La línea fronteriza nunca ha sido demarcada adecuadamente. Aunque los dos países han firmado acuerdos para mantener la paz, la tensión subsiste y el pasado abril saltó la chispa. India acusó a las tropas chinas de penetrar 20 kilómetros en territorio bajo su control, lo que produjo una crisis —con los soldados de ambos lados vigilándose mutuamente— que no terminó hasta que tres semanas después las tropas de ambas partes se retiraron.
Nueva Delhi afirmó que los soldados chinos realizaron incursiones en los alrededores de la Línea de Control Real, como es llamada la frontera sin pactar que separa ambas naciones, aunque Pekín negó haber puesto el pie en territorio que no le pertenece. El incidente tuvo lugar poco antes de la visita de Li Keqian a India en mayo, en el que fue su primer viaje al extranjero como jefe de Gobierno. En el encuentro que mantuvieron entonces, Li y Singh se comprometieron a mejorar la confianza mutua y resolver el conflicto fronterizo.
Los dos Gobiernos han celebrado más de una docena de rondas de negociaciones sobre el problema, sin mucho éxito. El acuerdo sellado hoy pretende evitar que se reproduzcan situaciones similares a la de abril. Contempla el incremento de la comunicación sobre maniobras en la región, la celebración periódica de reuniones y la lucha conjunta contra el contrabando. Ambas partes han pactado que las patrullas deben evitar las provocaciones y no seguir a las patrullas del otro país en las áreas en disputa, “en las que no hay un punto de vista común sobre la Línea de Control Real”, para evitar posibles enfrentamientos. Los dos ejércitos abrirán una línea roja entre oficiales de alto rango, que se sumará a los contactos existentes ahora entre brigadas. “Estoy seguro de que (el acuerdo) ayudará a mantener la paz, la tranquilidad y la estabilidad en nuestras áreas fronterizas”, ha asegurado Li tras su reunión con Singh, informa Reuters.
Pero la demarcación sigue sin estar trazada definitivamente. China reclama alrededor de 90.000 kilómetros cuadrados de territorio en el estado nororiental indio de Arunachal Pradesh, mientras que India dice que China ocupa 38.000 kilómetros cuadrados en la meseta de Aksai Chin, en los Himalayas occidentales.
Mientras tanto, las dos potencias quieren incrementar sus relaciones económicas. “India y China tienen problemas históricos y existen áreas preocupantes. Los dos Gobiernos están afrontándolos con sinceridad y madurez, sin dejar que afecten al ambiente general de amistad y cooperación”, dijo Singh en un comunicado antes de iniciar su viaje el domingo, con primer destino Rusia.
China reclama alrededor de 90.000 kilómetros cuadrados de territorio en el estado nororiental indio de Arunachal Pradesh, mientras que India dice que China ocupa 38.000 kilómetros cuadrados en la meseta de Aksai Chin, en los Himalayas occidentales.
Tan importante o más que la resolución del diferendo territorial, con el que ambos vecinos conviven desde hace medio siglo, son las relaciones económicas. Singh busca en Pekín disminuir el fuerte déficit comercial con China, entre otros con inversiones de su vecino en parques industriales en India.
China es el mayor socio comercial de India, con unos intercambios bilaterales de 67.830 millones de dólares (49.230 millones de euros) en el último año fiscal, frente a 2.100 millones de dólares (1.520 millones de euros) en el ejercicio 2001-2002. Pero el déficit comercial con Pekín alcanzó 40.770 millones de dólares (29.590 millones de euros), cuando una década antes fue de 1.080 millones (784 millones de euros), según cifras indias. El comercio indio se ha hecho más dependiente de China en los 10 últimos años. El pasado ejercicio, los intercambios con Pekín representaron el 8,3% de su comercio total, cuando 10 años antes era el 4,9%.
Singh quiere reducir esta brecha. Los dos países se han fijado como objetivo lograr unos intercambios bilaterales anuales de 100.000 millones de dólares (72.590 millones de euros) para 2015. El primer ministro aseguró en su comunicado previo al viaje que ambas naciones coinciden cada vez más “en sus intereses regionales, globales y económicos”. “La lista de las áreas de cooperación bilateral es impresionante –comercio, inversión, infraestructura, ríos transfronterizos, energía, agricultura, ciencia y tecnología-. Esperamos llevar adelante nuestro compromiso en muchas de estas áreas durante mi visita”.
Los dos países han firmado hoy nueve acuerdos en total, destinados, entre otros, a aumentar la cooperación en el transporte y los ríos que comparten. Li ha dicho que llevarán a cabo entrenamientos antiterroristas conjuntos en el suroeste de China y “reforzarán la colaboración para luchar contra el terrorismo”. Pekín culpa a lo que denomina grupos “terroristas” de los incidentes y choques étnicos que se producen regularmente en la región autónoma china de Xinjiang —hogar de la minoría musulmana uigur—, y ha relacionado en el pasado los brotes de violencia con grupos entrenados en el vecino Pakistán.
Para Singh, la visita tiene también una vertiente de política interna. El dirigente indio ha sido objeto de críticas por parte de la oposición en su país, que le ha acusado de ser demasiado blando con China. “Hemos permanecido débiles cuando necesitábamos ser fuertes”, dijo la semana pasada Narendra Modi, del principal partido de la oposición, Bharatiya Janata, en referencia a la disputa fronteriza. Los ataques de Modi —candidato a primer ministro en las elecciones generales previstas para mayo del año que viene— presagian una línea más dura en las relaciones con China, que podrían elevar la tensión si su partido logra desbancar al gobernante Congreso Nacional Indio en los comicios.
Otro punto de roce en las relaciones entre Nueva Delhi y Pekín es el Dalai Lama, a quien China acusa de buscar la independencia de la región del Himalaya, algo que este niega. El líder espiritual tibetano vive en India desde que huyó de Tíbet tras el fallido levantamiento popular en 1959. Las estrechas relaciones entre China y Pakistán —rival histórico de India— son también motivo de preocupación para Nueva Delhi.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Imanol Barrangú
FUENTE: El País