El voto de castigo y la abstención histórica de la primera vuelta de las elecciones municipales francesas (36,5%, la cifra más alta desde 1949) han puesto al Partido Socialista y al presidente, François Hollande, en estado de alarma ante la segunda vuelta que se celebra hoy. La crisis de Gobierno es solo cuestión de tiempo, y todo hace pensar que Hollande cambiará de primer ministro antes de las europeas y nombrará al barcelonés Manuel Valls, actual ministro del Interior.
Más de 100 ciudades mayores de 10.000 habitantes pueden pasar del PS al principal partido de la derecha, Unión por un Movimiento Popular (UMP), también en una profunda crisis interna.
Los socialistas solo confían ya en evitar una catástrofe. Más de 100 ciudades mayores de 10.000 habitantes pueden pasar del PS al principal partido de la derecha, Unión por un Movimiento Popular (UMP), también en una profunda crisis interna. Tras fracasar en Marsella, donde el candidato socialista llegó tercero en el primer turno, algunos temen incluso la pérdida de París, aunque la victoria final de Anne Hidalgo sigue pareciendo segura.
A mediodía, la participación era de 19,83%, menos que en la primera vuelta donde a esas horas alcanzaba el 23,16%. Los resultados comenzarán a conocerse a partir de las 18.00 de la tarde (hora peninsular española) en las comunidades pequeñas, mientras que en las grandes ciudades las urnas no cierran hasta las 20.00.
El riesgo de que el PS sufra un vuelco en ciudades tan importantes Toulouse, Estrasburgo, Reims, Saint-Etienne y Metz es bastante más alto, y de producirse sería un símbolo evidente de que la desafección de los votantes de izquierda hacia la mayoría de gobierno es muy profunda. En Montpellier y Grenoble, los socialistas se arriesgan a una derrota contra candidatos disidentes y ecologistas, lo que prueba que la gestión del partido es tan frágil como la del Ejecutivo.
La victoria global del centroderecha, que llegó a la cita electoral cargado de escándalos de corrupción, tendrá que medirse con los resultados del Frente Nacional en Perpiñán y Aviñón, donde sus candidatos parten con ventaja y podrían ofrecer a Marine Le Pen dos triunfos de resonancia internacional.
Tras obtener unos resultados históricos en el primer turno de las municipales —más de 400 concejales elegidos, y previsión de obtener más de mil en total—, Marine Le Pen ha dado un paso más en su estrategia de desdiabolización al declarar que el partido fundado por su padre, el paracaidista Jean-Marie Le Pen, en 1972, “es un gran movimiento patriota que se opone a otro bloque político, compuesto por la conservadora UMP y el Partido Socialista”. La semana pasada, logró por primera vez en 40 años una alcaldía en la primera vuelta, la ciudad de Hénin-Beaumont, en el norte de Francia.
En todo caso, será en las europeas de mayo cuando se aprecie realmente cuál es la potencia de fuego del partido de ultraderecha y hasta dónde llega el hundimiento del Partido Socialista.
FUENTE: El País