La guerra económica desatada contra Irán por parte de EE.UU. y la Unión Europea está empezando a dar los resultados deseados.
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La devaluación de la moneda iraní, que en la última semana ha perdido más de una cuarta parte de su valor, es un reflejo de la "implacable y exitosa" presión internacional para asfixiar a la economía de ese país por su programa nuclear. Así lo indicó este lunes la portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Victoria Nuland, en una rueda de prensa en la que declaró que las sanciones "están impactando cada vez más profundamente en la economía iraní".
Irán sufre los efectos de las sanciones de la ONU y del embargo bancario occidental puesto en marcha desde 2010 por EE.UU. y la Unión Europea a causa de su negativa a suspender su programa nuclear. Aunque Teherán insiste en que este es exclusivamente civil y pacífico, Occidente considera que está destinado a la creación de un arma nuclear.
Algunos expertos opinan que la depreciación del rial no sólo se debe al recrudecimiento de sanciones contra los sectores financiero, energético y petroquímico por el polémico programa nuclear iraní, sino también, en gran medida, a la mala administración en el sector económico y financiero nacional.
La caída de la moneda ha disparado la inflación, de manera que han aumentado los precios de las importaciones y las materias primas, causando estragos en la clase media iraní.
Además, los analistas apuntan que los problemas económicos se agravaron después de que la semana pasada el Gobierno inaugurase un nuevo centro de cambio de divisas con el objetivo de reducir el precio del dólar en el mercado negro.
Según el economista Jim Rickards, hay pruebas suficientes de que EE.UU. está librando una guerra financiera en el país.
"La guerra ya ha comenzado", indicó. "Todavía no es una guerra a tiros. Lo que EE.UU. e Israel están llevando a cabo con Irán es lo que los expertos denominan una guerra sin restricciones. Esta es una guerra que consta de sabotaje, asesinatos, operaciones especiales, operaciones psicológicas, ataques a la infraestructura crítica, ciberguerra y la incorporación más reciente al arsenal: la guerra financiera", afirma el economista.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Imanol Barrangú
FUENTE: RT
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