Martes, 24 Septiembre 2013 23:54

Siria, una Mirada sobre la Crisis Humanitaria

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Una breve reflexión en torno a la crisis humanitaria en Siria en el marco del conflicto que se inicia en el año 2011 extendiéndose hasta la actualidad. En el marco de las devastadoras consecuencias que la crisis ha conllevado, la generación de respuestas y acciones adecuadas para dar respuesta a la misma se ha convertido en una de las mayores urgencias de la Comunidad Internacional. 

El mes de marzo del año 2011 marca el inicio de uno de los conflictos que, a razón de las consecuencias que ha conllevado al día de la fecha, comienza a ser concebido como el detonante de una de las crisis humanitarias más preocupantes del Siglo XXI. Siria se ha convertido en el epicentro de una serie de acontecimientos que, enmarcados bajo el denominado fenómeno de la Primavera Árabe, luego de dos años y medio han devenido en una guerra civil interconfesional y en la configuración de un escenario sobre el cual se ha reeditado el "Gran Juego" entre actores regionales y extra regionales.

En la actualidad, múltiples son los organismos gubernamentales (UNICEF, OMS, ACNUR, OCHA, IOM) como organizaciones no gubernamentales (ACH, CICR, Islamic Relief, IHH) que han emprendido diversos proyectos y acciones en pos de afrontar las urgencias y los desafíos que la crisis humanitaria presenta no solo en el Estado sirio sino también en los países limítrofes. Asimismo, y paralelamente a la escalada del conflicto armado, el deterioro de los servicios públicos y el resquebrajamiento de la economía, la crisis humanitaria se ha ido complejizando a punto tal que los problemas que agobian a la población y las cifras de quienes se ven directa e indirectamente afectados por los mismos se han multiplicado.

En primer lugar, y haciendo un panorama general, la crisis humanitaria ya presenta un número aproximado de 6.8 millones de personas con necesidades urgentes que atender, entre los cuales 3.1 millones son niños; 4.25 millones de personas internamente desplazadas (IDPs por sus siglas en inglés) en Siria, siendo niños, mujeres y ancianos la mayoría; 2 millones de refugiados sobre un total poblacional de 21.4 millones; y una cantidad estimada de 90.000 muertos con estimaciones de acrecentarse exponencialmente dado que se calcula que por mes fallecen entre 1.000 y 5.000 personas.

Sin pretender reducir las consecuencias a meros números, se considera que se debe concebir lo planteado a partir de un análisis más acabado de la cuestión en tanto que cada una de las personas que componen las mencionadas cifras se encuentra, actualmente, enfrentando una situación devastadora en términos multidimensionales, abarcando problemáticas en torno a salud, vivienda, alimentación, educación, acceso al agua, entre tantos otros, y que se agrava en ciudades como Alepo, Ar-Raqqa, Homs, la zona rural de Damasco y Hama, añadiéndose además la dificultosa tarea que deben afrontar los organismos gubernamentales como las ONGs para distribuir la ayuda de forma efectiva a lo largo del territorio.

Se ha convertido en prioridad la necesidad de generar una respuesta coordinada y contundente a los diversos crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra perpetuados a lo largo de estos dos años y medio, tanto por parte de las fuerzas gubernamentales como de las fuerzas rebeldes.

En referencia a la situación de las personas que se encuentran internamente desplazadas, éstas se han despojado de todas sus pertenencias, y se han instalado en campos no oficiales, espacios públicos y edificios abandonados (además han sido seriamente afectados casi el 50% total de los refugiados palestinos establecidos en territorio sirio). Dado que en meses recientes la situación se ha agravado como consecuencia del uso extensivo de armas y explosivos contaminantes y del ataque con armas químicas efectuado en agosto, la población hacia el interior de Siria se encuentra frente a una situación agobiante. 

El foco de atención está puesto en aspectos tales como las problemáticas en torno a la vivienda (1.200.000 hogares han sido destruidos); colapso de la infraestructura hospitalaria, farmacéutica y carencia de profesionales en la salud para atender a heridos y enfermos; altos niveles de malnutrición (12% aproximadamente de los niños se encuentran en dicha situación); inseguridad alimentaria y crecientes dificultades para acceder a alimentos de primera necesidad; destrucción de los diferentes espacios de cultivo; disminución de los servicios de agua potable, siendo que, en la actualidad, cada persona tiene acceso solo a 25 litros de agua por día; un sector educativo fuertemente golpeado por el conflicto afectando a 1.9 millones de niños menores de 14 años; por mencionar solo algunos. 

En segundo lugar, la cuestión de los refugiados y los correspondientes problemas que los atañen también se ha convertido en uno de los aspectos centrales de la crisis humanitaria. Se estima que hasta la fecha se han registrado un total aproximado de 2.000.000 de refugiados distribuidos, principalmente, entre El Líbano (36%), Jordania (26%), Turquía (23%), y en menor medida Irak, Egipto, Marruecos, Libia, Argelia, y Europa. Cada uno de dichos Estados ha buscado por diferentes medios, improvisados campos de refugiados, apertura de centros colectivos, alojamiento en casas de familia, dar respuesta a la inminente irrupción de sirios afrontando, además, una suerte de colapso de sus respectivas estructuras socio-económicas, ya de por sí débiles. 

 

 

Asimismo, las mencionadas situaciones se ven agravadas por una serie de obstáculos que las agencias humanitarias deben afrontar diariamente para el cumplimiento de sus objetivos, principalmente las trabas burocráticas que el gobierno de Siria les impone para acceder al país y la negativa de los países hospedantes de conceder a los sirios la condición y el estatus de refugiados. Por éstas y otras razones, el pasado junio, las Agencias de Naciones Unidas (NU) hicieron el llamamiento más grande de su historia para afrontar la crisis humanitaria siria convirtiéndola en una prioridad y con el objetivo de generar una respuesta contundente para afrontar las principales necesidades (proporción de acceso a agua y servicios de saneamiento; proporción de asistencia sanitaria y seguridad alimentaria; mantenimiento de asistencia a refugiados palestinos y sirios) bajo el Plan Regional de Respuestas para Siria y el Plan de Respuesta y Asistencia Humanitaria.

Por otro lado, y en el marco de la mencionada reedición del "Gran Juego" entre estados regionales y extra regionales en torno al conflicto sirio y a la región de Medio Oriente, se ha convertido en prioridad de dichas agencias, como de distintos actores internacionales, la necesidad de generar una respuesta coordinada y contundente a los diversos crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra perpetuados a lo largo de estos dos años y medio tanto por parte de las fuerzas gubernamentales como de las fuerzas rebeldes. La sistematizada violación al Derecho Internacional Humanitario y a las correspondientes convenciones y normas fijadas debería convertirse en uno de los puntos de mayor prioridad al momento de discutir en torno a la guerra civil y a los enfrentamientos armados prolongados hasta el día de la fecha.

En última instancia, se trata de un desafío mayor para la comunidad internacional en tanto que se debería llevar a cabo una re-jerarquización de prioridades al momento de debatir en torno a posibles "soluciones" o "salidas" respecto a la situación en Siria colocando, nuevamente, en un lugar de esencial prioridad la urgencia atender y responder a las necesidades de cada una de las personas que han visto sus vidas directamente afectadas por un conflicto que ya ha trascendido todas las fronteras.

 

(*) Investigadora de la Fundación para la Integración Federal.

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