Martes, 03 Mayo 2016 23:00

Macri lo Hizo

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Macri lo hizo. De esa manera se interpretaba durante la semana anterior, la enorme movilización que aglutinó, por primera vez en la historia, a las cinco centrales sindicales argentinas. Escenario impensado algunos pocos meses atrás, el dinámico escenario político nacional dio una nueva señal que merece ser puesto bajo análisis.

Una pregunta a responder es si este conjunto movilizado representa, ya, un nuevo bloque monolítico de disputa y expresión de poder. Nada más alejado de la realidad. Si alguien, previamente, pensaba en un sentido afirmativo, la respuesta vino rápidamente de la mano de Luis Barrionuevo quien más temprano que tarde despegó su cuerpo de la movilización, justificando su postura en razones de identificación partidaria que parecieron desconectadas del sentido general que tenía el hecho político, y anunciando la recepción en el Día del Trabajador al jefe del gobierno que era sujeto de cuestionamiento por sus pares sindicales.

Es dudoso suponer que siquiera alguna de las personas asistentes al masivo acto supusiera que, de ahora en más, el sindicalismo argentino se muestre unido en la acción y en la construcción política, eliminando de un plumazo, décadas de atomización sindical. En una charla en off con referentes sindicales rosarinos, el comentario era coincidente: más allá de los matices todos señalaban el importante número de trabajadores movilizados pero también comentaban que muchos gremios se habían retirado antes o durante el tiempo de los discursos. Las diferencias son claras y están a la vista. Por historia y también por metodología de construcción política. 

Pero el hecho político es claro: luego de la experiencia histórica de los 90', con un gobierno que cuenta con parte de su discurso que rememora ese período y de unos cuantos funcionarios que fueron protagonistas de ese tiempo, varios sindicatos se movilizaron por lo que ya es una realidad (revisar el crecimiento del desempleo en el sector público y en algunas ramas de la actividad industrial), pero la mayoría lo hizo como un alerta a un tiempo que no quieren volver a vivir.

La postura oficial tampoco parece ayudar por cierto. Negación al comienzo (algún funcionario afirmó por allí que los trabajadores se movilizarían por la celebración del 1° de Mayo), y declaraciones que tenían mucho de cinismo después (Marcos Peña señaló que el gobierno trabajaba por los mismos objetivos de los trabajadores); ambos momentos parecieron ahondar las diferencias pero, antes que nada, suponen una lectura oficial errónea de lo que sucedió, pero fundamentalmente, de lo que viene.

Valía preguntarse entonces, cómo sería la interpretación a la luz pública del Pte. Mauricio Macri. Y la respuesta vino de la mano del acto anteriormente señalado que fuera organizado por los gastronómicos que conduce Luis Barrionuevo. Sin temor de quedar en el ridículo, y tratando de activar ciertas coincidencias con aquellos sectores sociales que vinculan al empleo público con la vagancia, el líder de PRO no dudó en señalar que "hace cinco años que no se genera trabajo de calidad, porque ocultaron el desempleo con trabajo público inútil. La primera víctima es la persona, cuando se da cuenta que no cumple una tarea útil para la sociedad. La suma de los empleos inútiles es una ruta descuidada donde los argentinos pierden la vida”. Como puede verse, el oficialismo no ha elegido poner paños fríos a una situación que lo condiciona a poco menos de cinco meses de haber llegado al poder, sino que intenta reforzar un discurso confrontativo, tratando de mostrar una fortaleza que algunos actores políticos a esta altura ya dudan que tenga y cuando, diversos referentes mediáticos que han actuado como soporte ideológico de la campaña pero también de la inicial administración oficialista, han comenzado a mostrarse muy preocupados por la falta de gestión política que atraviesa el gobierno, habiendo "perdido la calle" a manos del kirchnerismo puro y duro primero (citación a Cristina en Tribunales) y de una gran mayoría de sindicalistas naturalmente opositores (y otros no tanto), después.

El tiempo actual muestra un escenario de marcada incertidumbre que alcanza a propios y extraños. Será necesario un viraje en la construcción política que, cotidiana y estratégicamente, intenta el gobierno nacional. Las alternativas podrán ser de lo más variadas. Pero sólo hay una cosa segura. El sol no puede taparse con la mano...    

 

(*) Politólogo de la Fundación Para la Integración Federal

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