El Parlamento Europeo es la voz de los ciudadanos europeos, la institución de la unión encargada de representarlo, de defender y luchar por sus intereses. Sin embargo, el llamado euroescepticismo, que refleja el rechazo en mayor o menor medida hacia la Unión Europea, ha ido ganando terreno de forma progresiva en los últimos años, hasta alcanzar representación parlamentaria en 25 de los 28 países de la Unión Europea.
Según el sistema de voto europeo, la mayoría de ciudadanos de cada estado miembro vota a partidos nacionales y sus candidaturas, que luego deberán juntarse en grupos europeos, los cuales tienen que estar formados por 25 eurodiputados de 7 países distintos como mínimo.
Según las últimas encuestas, el Partido Popular Europeo, que en 2014 obtuvo 221 eurodiputados, desendería a 168, mientras que el Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, perdería también casi un cuarto de los escaños que ganó en 2014, pasando de 191 a 146. La Alianza de Liberales y Demócratas por Europa ganaría 38 escaños, pasando de los 67 que obtuvo en las elecciones de 2014, a 105.
Se prevé también un crecimiento de la Alianza Europea por la Gente y las Naciones, un grupo creado el pasado abril, formado por partidos con grandes rasgos populistas, tiene como objetivo desafiar el poder del actual bloque gobernante y favorecer políticas de inmigración y de fronteras más estrictas que las actuales. Además, el nuevo grupo apostaria por políticas que favorezcan una mayor independencia individual a cada uno de los estados miembros.
Algunos de los partidos nacionales que han apoyado la formación de este grupo y que por lo tanto van formar parte de él si sale electo, son el alemán Alternative für Deutschland (Alternativa por Alemania), el finlandés Perussuomalaiset (Partido Finlandés, antiguamente conocido como True Finns) y el danés Dansk Folkeparti (Partido Danés de la Gente). Según las encuestas, este grupo podría obtener hasta 73 escaños de los 751 totales. La creación de este grupo es, según Matteo Salvini, líder del partido italiano Lega Nord (Liga Norte) y que también apoya la creación del nuevo grupo, “consecuencia de la tendencia que ha dominado en el Parlamento Europeo des de las primeras elecciones en 1979 de ser gobernado por partidos de centro-derecha y centro-izquierda”. Según Salvini, esta tendencia ha desembocado en el llamado Bruselización, nombre que recibe la idea de que el gobierno y la gobernación de la Unión Europea se ha centralizado en Bruselas y sus intereses – idea que podría ser demostrada con el hecho de que la mayoría de instituciones y órganos de la Unión Europea se encuentren en Bruselas.
Una de las situaciones que hace de estas elecciones las más importantes de los últimos años es el llamado Brexit, el plan del Reino Unido de abandonar la Unión. En los últimos meses, los británicos han intentado llegar a un acuerdo con la UE sobre las relaciones, tanto comerciales como políticas, del Reino Unido con la Unión. Sin embargo, tanto por desacuerdos entre los dos mayores partidos británicos como por la imposibilidad de llegar a un acuerdo con la UE, los planes de Brexit hasta ahora no se han desarrollado con éxito, y si las cosas siguen tal y como están, el Reino Unido abandonará la unión el 31 de octubre de 2019. Si el Reino Unido y la UE ratifican el acuerdo antes de esa fecha, el Reino Unido dejaría la unión el primer día del mes siguiente a la ratificación. No obstante, ante el rechazo a la última propuesta de acuerdo, y con la dimisión de Theresa May ya sobre la mesa, el escenario es cada vez más confuso.
Otra situación que hace de estas elecciones excepcionales es el hecho de que el candidato del grupo Greens/European Free Alliance, el catalán Oriol Junqueras, ha pasado en prisión los últimos 18 meses y está siendo juzgado por el Tribunal Supremo Español, acusado de delitos de rebelión y sedición por la celebración del referéndum para la independencia de Cataluña. Esto le impidió estar presente en el debate electoral celebrado en Bruselas el pasado miércoles 15 de mayo.
En una Europa en la que la llamada crisis de refugiados de 2012 y la situación política de Alemania están aún siendo piezas claves en la creación y desarrollo de las actuales situaciones social, política y económica, la llegada al poder de la unión de un grupos de cohorte populista podría cambiar y extremar no solo las relaciones exteriores de la UE sino también la relación entre los estados miembros y las instituciones europeas.
(*) Analista del Centro de Estudios Políticos Internacionales (CEPI)