Domingo, 28 Julio 2024 12:02

Sorpresas

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Parte de "La Sorpresa" Parte de "La Sorpresa" José García

…Y tropezando se fue cantando desafina'o,
el coro que aquí les traje y del mensaje de mi canción.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida' ¡ay, Dios!.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida' ¡ay, Dios!
Pedro Navaja suerte saldada y bocón…

“Pedro Navaja”. Ruben Blades.

Mientras el gobierno de Javier Milei recurre de manera cada vez más insistente a publinotas en medios afines, pasan cosas. Algunas se repiten sistemáticamente: más allá de las reuniones y fotos con buenos deseos, los organismos internacionales no aportan ni un solo dólar, los mercados parecen haber encontrado la cotización del blue en torno de los $1450 y todas las variables de la economía real dan para abajo, cumpliendo nuevos records mes a mes. Pero también aparecen algunas novedades sorpresivas. En esta semana que acaba de concluir, el portazo cegetista y la amenaza opositora a rechazar el decreto que le habilita fondos reservados a la nueva / vieja SIDE, aparecen como limitantes al accionar de un gobierno que hace acting del diálogo, pero que tiene enormes dificultades para cumplir aquello que se negocia. Pasen y vean. Recorrido por días desventurados para el institucionalismo mileista y que el glamour parisino no alcanza a ocultar. Sean bienvenidas y bienvenidos.

Una de las sorpresas vino de la mano de la central obrera más grande del país. Sentados a la mesa de negociaciones con empresarios y el gobierno, los popes sindicales dieron otro ejemplo de real politik cuando en el plenario del día jueves decidieron dejar de participar de los encuentros del Diálogo Social.

Desde la llegada de Mauricio Macri al poder, ha quedado expuesta una división cegetista que se resume en un sector dialoguista y en otro más confrontativo. Entre los primeros, encontramos referentes de la talla de Andrés Rodríguez (UPCN), Armando Cavalieri (Empleados de Comercio) y Gerardo Martínez (UOCRA). Entre los segundos, la voz cantante la llevan Pablo Moyano (Camioneros), Sergio Palazzo (Bancarios) y Abel Furlán (Metalúrgicos). Cada uno de ellos tiene un accionar histórico, no resultando casual que, ante un modelo económico que deja de lado el interés por la economía real, los dirigentes que vienen de actividades ligadas a cierto tipo de producción tengan perfiles más críticos.  

Pero las razones de la “sorpresita” cegetista no hay que buscarlas allí. Un salario mínimo de montos irrisorios decidido en la semana, donde el laudo estatal terminó favoreciendo al sector empresarial; la reglamentación del renovado impuesto a las ganancias que dejó claramente disconformes a los popes sindicales y la reforma laboral que habilita la artimaña de los “emprendedores” que se desarrollan en ámbitos laborales de hasta cinco personas, resultaron las razones verdaderas de por qué el sector dialoguista debió ceder en el plano interno.

La queja anida en un déficit estructural  del gobierno: la imposibilidad de cumplir algunos acuerdos (a estas alturas de la administración ya podemos afirmarlo). Internismo extremo, desidia de gestión y el infantilismo político de no negociar con la “casta”, suelen ser las razones que dinamitan cualquier forma de diálogo. El ADN libertario supone que una eficaz gestión política hace prevalecer (exclusivamente) las ideas propias y por lo tanto, ciertas decisiones se apalancan en el desdén por todo aquello que no le es propio.

Por todo ello el oficialismo demoró más de seis meses en obtener la primera ley de su interés, pudo firmar el Pacto de Mayo recién en Julio, como así tampoco termina de contar con la anuencia de determinados bloques de poder que, si bien resultan muy cercanos en su visión ideológica de la economía y de la vida en comunidad, no terminan de sentirse parte de un proyecto político que convive con una interna cada vez más visible y que sólo se justifica desde la supuesta infalibilidad del trío Milei - Milei - Caputo (Santiago).

Y en esa infalibilidad se sustenta el anuncio gubernamental de otorgar la friolera de $100.000.000.000 (cien mil millones de pesos) de fondos reservados de la nueva SIDE, suponiendo erróneamente que sectores de la inteligencia que históricamente han jugado como átomos libres, puedan ser conducidos por un proyecto político en particular.

Más allá de esta inocentada, resulta evidente que el gobierno necesita de servicios de inteligencia que actúen en favor de sus intereses y no necesariamente del conjunto de los argentinos. El sentido es claro: en una estructura política que hace del manejo de redes y del doxeo una de sus razones de ser, todo lo que provenga del oscuro mundo del espionaje, le será funcional a sus deseos.

Hasta el formato de conducción que ha elegido para la nueva / vieja SIDE resulta ser coincidente con ciertas formas “vidriosas”: la fuerza es conducida en los hechos por Santiago Caputo, hombre que funge de asesor estrella, que no ostenta ningún cargo público, que no pone la firma en ningún papel y que, seguramente, en el futuro no deberá responder por ningún acto que sea de su responsabilidad. Un hombre muy sagaz por cierto. Aunque no pudiera evitar en la semana, que una cuenta de X al cual se lo vinculaba como propia, fuera suspendida por un ataque violento contra el ex presidente Macri.

Como nunca en cuarenta años de democracia, los argentinos y las argentinas nos enfrentamos al riesgo de ver severamente disminuidos nuestros márgenes de libertad. Si en la administración Macri el espionaje era parte de un recurso que fluía en favor de los intereses del primer mandatario (bien lo saben, por ejemplo, los familiares de la tripulación del ARA San Juan), pero que nunca era mostrado como un activo público, en los  tiempos que corren se plantea una especie de re versión. Como bien lo demuestra esta investigación de la Revista Crisis, ya no hablamos del espionaje como un insumo para la extorsión hacia personajes públicos a los cuales coaccionar, sino de una forma de amedrentamiento que tiene en el mundo digital su punto de inicio, pero que se comienza a proyectar a ataques de cuerpo presente.

Que un gobierno cuente con el uso discrecional de semejante millonada para el espionaje sin control, resulta una afrenta para una sociedad que se dice democrática. Pero que además lo lleve adelante esta gestión representa un riesgo de proporciones inéditas.

El
El "Tata" Yofre le puso el cuerpo al video del gobierno por el 24 de marzo.

Algo de ello deben haber entendido los opositores amigables que ya hicieron saber que estarían dispuestos a no aprobar el DNU 656/2024 que habilita la vuelta de los fondos reservados. Hacemos Coalición Federal y la Coalición Cívica se unirían al peronismo en el detalle de hacer número para conseguir quorum para su tratamiento. Y de allí sólo queda un tris para aplicarle una derrota legislativa al gobierno.

Un detalle como al pasar. Si utilizamos los potenciales es porque esos sectores opositores han sido permeables a ciertas lógicas oficialistas, sin dejar de tener en cuenta que quejarse ahora de ciertas prácticas gubernamentales, luego de haber habilitado, vía Ley Bases, las facultades delegadas, se parece bastante a un juego contradictorio en sí mismo.

Pero en paralelo, el mileismo convive con un desgaste cada vez más evidente. Tres factores lo generan.

·         La interna con la vicepresidenta quien, a diferencia de otros colegas del pasado, sí cuenta con un proyecto de poder, basado en un nacionalismo con un penetrante olor a naftalina, que no trepida en desatar conflictos internacionales, y con la reivindicación a cuestas del accionar de la última dictadura.

·         La mala gestión de la cosa pública que vaya más allá de la grandilocuencia. Cuando se revisa sector por sector, aparece el fenómeno de una falta evidente de cuadros técnicos que le otorguen densidad a la administración. En la semana que pasó tuvimos un ejemplo más: la supuesta disminución del cepo, una medida que trató de ganar visibilidad en los grandes títulos de portales, ya que habilita la compra de dólares a quienes hayan recibido ayuda del Estado y que, hasta ahora, estaban bloqueados. La medida tuvo cero impacto porque, honestamente, nadie que pueda y quiera ahorrar, hoy, en dólares, lo hará por el sistema oficial donde resulta más caro. Pero además, en el Ágora no existen las terceras líneas que expliquen el porqué de las cosas. Hasta el propio Jefe de Gabinete, hombre que supo mostrarse como alguien que “hace política”, ha salido de la cosa pública y sólo se le conoce trabajando en una reforma electoral intramuros.

·         Una economía real que no levanta. A falta de resultados, el gobierno, de la misma manera que lo hace con el famoso superávit fiscal, se empeña en mostrar indicadores que maneja a piaccere. En la semana se conoció el dato de que, medido el primer semestre, los ingresos de los trabajadores le habrían ganado a la inflación. El detalle que parecen omitir en el oficialismo a nivel nacional es el  25% de inflación del mes de diciembre, el cual resulta todo aplicable al actual gobierno a partir de la devaluación promovida. En un país como la Argentina, un poco de contabilidad creativa no se le niega a nadie, pero ese recurso no puede resultar permanente. Otro detalle como al pasar. No es el único oficialismo que aplica cierta lógica creativa: por la tierra del brigadier Estanislao López, los Pullaro boys reivindican ciertos números de manera parecida, pero omite el pago de una paritaria legal y legítima firmada por el gobierno anterior. Cosas que pasan.

Rubén Blades, el autor de “Pedro Navaja”, un año después de haber escrito semejante clásico de la salsa caribeña, compuso “Sorpresa”, una especie de segunda parte del tema que lo hiciera tan famoso. Allí el desafortunado ladrón revive, y se va cantando “estos novatos que creen, si este es mi barrio papá”. Habrá que ver si una CGT más contestataria y una oposición amigable que ya no lo sea tanto, no le terminan dando carnadura a los dichos del salsero panameño.

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