Sábado, 20 Julio 2024 20:10

Efímero Destacado

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"Polvo en el viento" "Polvo en el viento" José Cerezo

Esto es efímero,
ahora efímero.
¡Como corre el tiempo!
Tic… tac efímero,
luces efímera,
(pero te creo…)

“Ya nadie va a escuchar tu remera” - Patricio Rey y los Redonditos de Ricota

Una cincuentena de funcionarios renunciados a poco más de siete meses de gestión. Centenares de cargos de la grilla estatal sin ser ocupados en las segundas y terceras líneas ministeriales. Asesores que publicitan públicamente sus diferencias y que con un simple mensaje en redes quedan fuera de la asesoría. Una gestión económica que hace gala de la frazada corta, reivindicando una sola variable de la macroeconomía. Y una nueva mini crisis en el cenáculo del poder a partir de las diferencias que surgen con algunas sobreactuaciones. Todo eso resume la semana de una gestión gubernamental que imaginaba que la sanción de la Ley Bases y la firma del desubicado Pacto de Mayo de Julio, le darían una estabilidad política de la que por ahora adolece. Pasen y vean. Recorrido por una semana donde, lo efímero se apropió de la lógica libertaria. Sean bienvenidos y bienvenidas.

Con la preocupación que había traído la suba del dólar blue, el fin de semana anterior resultó prolífico en anuncios. Para decirlo sencillo: el gobierno se disponía a utilizar reservas para contener el precio de la moneda extranjera. Pese al rechazo del Fondo Monetario Internacional (de quien ruega un préstamo contante y sonante que le de aire), de las dudas de los economistas del palo y del mirar para otro lado de una oposición cada vez más amigable; el oficialismo se embarcó en la aventura de frenar la cotización a cualquier costo. En el desandar bajaron las acciones de las empresas argentinas en las bolsas del mundo, subió el riesgo país a 1600 puntos y los bonos cayeron de manera estrepitosa. Toda la movida sirvió para lograr el modestísimo objetivo de que la cotización del billete americano bajara algo así como un 5%. Cuánto durará el “éxito” de la medida, nadie lo sabe a ciencia cierta.

En la continuidad y consolidación del propio relato, el binomio Milei - Caputo salió a celebrar una supuesta recuperación de la economía ya que, según lo informado por el Indec, medido junio 2023 contra junio 2024, la economía se habría recuperado en un 2%. Lo que obvia decir el relato libertario, es que al desagregarse por sectores, si se saca el aporte del sector primario, que doce meses atrás sufría la peor cosecha de su historia, el conjunto de la economía cae alrededor del 5%.

Todas las variables de la economía y todos los sectores dan para abajo. Algunos de manera inédita. Cotidianamente se confirma que los dichos gubernamentales de semanas atrás, donde se anuncian la buenaventura de una economía que comenzó a “rebotar”, es falso. La saga se complementa con las declaraciones del ministro Luis Caputo, quien no se caracteriza por su docencia comunicativa: en la semana salió a reivindicar que los argentinos deberíamos vender dólares para pagar impuestos y que, a partir de las medidas de este tiempo, el peso resultará fortalecido. Las preguntas entonces se caen por su propio peso: ¿Desde cuándo resulta una buena noticia desprenderse de ahorros para enfrentar gastos corrientes? Y por otro lado, ¿cuál sería el sentido de dolarizar?

Pero si hablamos de declaraciones con impacto, las afirmaciones del por entonces asesor presidencial y empresario textil Teddy Karagozian (“Yo no veo que la economía despegue”) en el programa del operador periodístico Eduardo Feimann que se emite en el canal La Nación +, hicieron el suficiente ruido como para que el líder del Consejo de Asesores de Presidencia Demian Reidel, anunciara su desvinculación.

Vale decir que ninguno de los protagonistas se cuece en el primer hervor y que si el siempre protegido empresario hizo las afirmaciones que hizo, con el tono y en el lugar que las hizo (es un secreto a voces que esa señal tiene fuertes vinculaciones con Mauricio Macri), es porque deseaba precipitar algunos hechos. La eyección de Karagozian se suma a la de semanas atrás de Fausto Spotorno, hombre que pertenece a la consultora propiedad de Orlando Ferreres quien afirmó que la oferta de Pases a Letras del Tesoro para los bancos, se parecía bastante al plan Bonex que había impuesto Erman González hace tres décadas atrás. Parece que las ideas de libertad no admiten disensos públicos y ciertas pertenencias duran la fugacidad de una oruga.

Pero no fueron las únicas sobreactuaciones de estos días. Con una muy mala lectura de cierta realidad social, el oficialismo trató de sacar cierto rédito político de una situación en la que resultó comprometido el futbolista Enzo Fernández, quien en las celebraciones por la obtención de la Copa América se auto filmó entonando una canción de neto corte racista, por cierto nada ajeno al mundillo del futbol argento de cada día.

Primero fue el, por entonces, subsecretario de Deportes de la Nación, Julio Garro, quien planteó que el pedido de disculpas debía hacerse extensivo al capitán del equipo, Lionel Messi. Luego, a partir de las críticas que recayeron sobre su persona, intentó negar los dichos en un verdadero papelón en redes. Efímero fue el paso por la gestión al igual que su eyección comunicada por el presidente vía la red social X.

Pero la cosa no quedó allí. La propia vicepresidenta Victoria Villarruel, haciendo gala de una nueva cuota de chauvinismo explícito, se lanzó con un mensaje que desataba un malestar con Francia, país al que el presidente visitará en unos pocos días cuando asista a la inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024, intentando capitalizar el triunfalismo que supone contar de nuestro lado con el éxito de la Scalonetta.

Rápida de reflejos y como parte de una interna cada vez más expuesta a la luz pública -y pese a dejar en posición adelantada a todo el trolleo libertario- la secretaria de la Presidencia, Karina Milei, se encargó de hacer circular la versión de que había visitado la embajada gala, para reunirse con su jefe diplomático, y así pedir las disculpas del caso, dejando trascender que la opinión de la hija del represor ya desaparecido, no era la del gobierno.

Lo que no dijeron la tía de Conan ni sus voceros mediáticos, es que el propio presidente de la Nación, durante la tarde de ese miércoles tan complicado, le había dado un “MG” a un twit de una cuenta que emitía un mensaje igual de ofensivo hacia el país gobernado por Emmanuel Macron. ¿Disculpas por la segunda en el organigrama institucional argentino? ¿O por el primero? Tal vez algún día lo sepamos. Pero parece que algunas afirmaciones en redes, también duran poco.

Y como en el mundo libertario, todo parece funcionar en un completo desorden, seis diputados de la Libertad Avanza no se privaron de sumar un nuevo escándalo institucional al haber visitado a un grupo de genocidas en la cárcel de Ezeiza, para apoyarlos en su pedido de detención domiciliaria. Avalados por el propio presidente de la Cámara, Martín Menem, quien habría puesto a disposición de sus colegas autos oficiales para el traslado, el bloque se asoma a una nueva crisis ya que un conjunto de integrantes del mismo, han comenzado a exigir alguna forma de sanción para los excursionistas de cárceles federales. El Poder Legislativo se encuentra de receso por las vacaciones de invierno, pero nadie puede asegurar del todo que a su vuelta no aparezcan novedades al respecto.

El silencio de Milei respecto al tema y la disputa desatada con su vicepresidenta, reflejan que la imagen de unidad que se intentó mostrar en el desfile del 9 de Julio sobre la Avenida Libertador en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde la dupla presidencial aparecía subida a un tanque, representa una puesta en escena antes que un hecho sustantivo de la realidad. Si la ausencia de Villarruel en el Pacto de Mayo en Julio había hecho ruido interno, los episodios de los últimos días confirman lo que el sistema político argentino ha demostrado con una matemática particularidad: las tensiones entre los presidentes y quienes le siguen en la línea de sucesión.

La potencia discursiva libertaria, el manejo de los recursos del Estado y aquello que el periodista Sebastián Lacunza bien sintetizó en un twit al afirmar que el problema no es un presidente sino la época que vivimos, imponen la fugacidad del hecho político.

Empeñado en desviar la atención de lo que resulta nodal de acuerdo a lo que fue prometido en campaña (hacer pagar el ajuste a la casta, levantar el cepo, cerrar el Banco Central, dolarizar, etc.), cotidianamente el mundo libertario nos proporciona “novedades” que parecen desafiar nuestra paciencia. En palabras de la poesía del epígrafe, hasta cuándo la sociedad seguirá “escuchando la remera” libertaria, es algo que no parece tener una fecha cierta. Tampoco, hasta cuándo le creerá.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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