Jueves, 20 Junio 2013 15:31

Las Consecuencias de una Victoria

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Estudiantes levantan una bandera de Brasil durante una protesta en San Pablo. SEBASTIÃO MOREIRA (EFE) Estudiantes levantan una bandera de Brasil durante una protesta en San Pablo. SEBASTIÃO MOREIRA (EFE)

Tras la marcha atrás en el aumento de la tarifa del transporte público en San Pablo, tanto el Movimiento Pase Libre, como el arco de fuerzas progresistas deberán reacomodar sus piezas para no caer presas de los sectores reaccionarios

El Movimiento Pase Libre (MPL) mantiene su estado de movilización este jueves 20 en San Pablo después de lograr que se revierta el aumento de 20 centavos de real en el boleto del transporte urbano municipal.

Además de una victoria política, la vuelta hacia atrás dada en el aumento produjo un alivio entre sus dirigentes y los del PT. Con cada día que pasaba, la continuidad de la protesta ponía en evidencia el riesgo de que se caracterizase al Movimiento como un alzamiento contra el gobierno federal y contra el legado de las conquistas económicas y sociales de la última década.

Y además de esto, estaba el hecho de que el MPL –y los círculos próximos a él– no sabían a ciencia cierta cómo evitar la coptación –que ya estaba en marcha– de una movilización que desde su inicio se reivindicaba como apartidaria.

Entre ellas la del aparato mediático conservador, por ejemplo, el cua llenó horas de transmisión mostrando las imágenes de los “nuevos caras pintadas” para rejuvenecer la narrativa antipetista, en una suerte de campaña anticipada para el 2014.

La esperanza tras bastidores de que la marcha atrás con los aumentos anunciada por el gobernador del estado, Geraldo Alckmin y por el Alcalde de San Pablo, Leonardo Haddad, promueva una tregua que permita la decantación y la reestructuración de grupos y fuerzas que tienen, en realidad, objetivos más ambiciosos y de extrema pertinencia: pasaje gratuito en una ciudad más justa y equitativa.

Hace falta la planificación democrática de un movimiento urbano fuerte, capaz de confrontar con la visión de la construcción de una ciudad desde la lógica del lucro inmobiliario. Sólo de esa forma el caos será revertido.

Si se trató del germen de esa meta, el bautismo de fuego del MPL –con todas sus lagunas– ya habrá valido la pena. En el caso del PT, la tregua debería provocar una evaluación sincera respecto de las razones por las cuales las calles y una parte de la juventud ya no se expresan a través del partido, respecto de su alcance y de su programa.

El conjunto de fuerzas progresistas, sobre todo los partidos de izquierda, debe emprender la autocrítica más aguda: el sectarismo autodestructivo que ha generado un archipiélago de seres incomunicados abrió un hueco en el espectro de las movilizaciones de masas. Estas alianzas huecas, permiten abrir el huevo de la serpiente que inyecta en la sociedad el rechazo histérico por la política, por la negociación, por la organización democrática del conflicto social.

Lo que se vio en los pasados 13 días en Brasil, una vez más, es que en la política no existe el vacío. La incapacidad de la izquierda de conformar alianzas con sus pares, y por lo tanto ofrecer una alternativa creíble para las ansiedades y aspiraciones de la ciudadanía, permitió allanó el camino para el surgimiento de visiones y concepciones reaccionarias, reforzadas por los medios conservadores.

Fue sólo un aperitivo. Pero lo poco que se vio fue una muestra elocuente que invita a un cambio de rumbo.

 

FUENTE: Carta Maior

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