La CGT aplicará presión en la recta final del año por el bono en el sector privado y para estatales de varias provincias, y para reactivar el debate por los cambios en el Impuesto a las Ganancias. Hacia ambos objetivos estarán orientados todos los pasos de la conducción de la central, que hoy compartirá un almuerzo-homenaje a Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Antonio Caló (quienes cedieron los liderazgos de sendas CGT para fusionarse en agosto en un único sello) y que luego definirá los detalles del último gran acto del año: la movilización de este viernes al Congreso junto con organizaciones sociales.
Esa marcha, con el Movimiento Evita, la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular bajo la consigna de reclamar una ley de emergencia social, sumó adhesiones de entidades pyme, de jubilados y la Federación Agraria. Pero más allá de las banderas que le dieron origen, la CGT aprovechará para exigirle al Gobierno respuestas por Ganancias -los dirigentes analizan reunirse con gobernadores que protestan por una baja en sus recursos coparticipables- y con el bono de fin de año, que distritos como la provincia de Buenos Aires todavía bloquean.
También la central obrera hará uso de la marcha para exhibir musculatura hacia el sector privado, en donde se demoran las discusiones por el plus salarial con varias entidades empresariales. Pero también para los hombres de negocios habrá un llamado de atención respecto de otro objetivo de la CGT: un acuerdo para poner freno a los despidos hasta marzo. En la cúpula de la central ayer le dijeron a este diario que las conversaciones en ese sentido están avanzadas con varias cámaras y que la mayor objeción parte de la Unión Industrial, marcada por la heterogeneidad entre asociados.
Hoy la organización obrera podrá ponerse al día puertas adentro. Al mediodía la "mesa chica" de la central rendirá homenaje con un asado a Moyano, Barrionuevo y Caló. El gesto apunta a mostrar una cohesión interna relativamente novedosa para la CGT. También servirá para recalibrar el discurso ante el Gobierno y los empresarios en las últimas semanas del año. Por la tarde, ultimará los detalles de la marcha con las agrupaciones sociales.
En tanto que ayer parte de la conducción se trasladó al gremio de los albañiles (Uocra) para recibir al secretario de Trabajo de Estados Unidos, Thomas Perez, y al embajador de ese país, Noah Mamet. El encuentro, pautado desde hacía varios meses, había cobrado gran expectativa para los gremialistas antes de las elecciones, cuando todavía la expectativa giraba en torno a una eventual victoria de Hillary Clinton. De todos modos, hubo chances de dialogar sobre el mercado laboral mundial, el empleo joven y las problemáticas del trabajo informal, el infantil y el forzoso.
FUENTE: Ámbito
RELEVO Y EDICIÓN: Joel Hernán González