Las bajas temperaturas provocaron un fuerte aumento de la demanda en los refugios para las personas en situación de calle. Es que cuando el termómetro baja de cero grado el frío se vuelve intolerable. En el nuevo espacio municipal, que comenzó a funcionar el mes pasado, se registró un pico de gente. Si bien la capacidad son 50 camas, el lunes hubo que sumar cinco más.
Por otra parte, el refugio que abrió en diciembre de 2020 el Buen Pastor, en Laprida al 2700, también está trabajando a full porque de los 45 lugares tienen 43 ocupados y la cifra oscila cada noche.
En tanto, el refugio Sol de Noche tiene capacidad para más de 50 personas, pero en este momento está funcionando solo con 30 lugares porque necesitan más voluntarios, y además porque todavía están cuidando los protocolos sanitarios por el coronavirus.
En los tres refugios coincidieron en que están trabajando a tope, todos ellos con hombres, aunque también han recibido solicitudes de mujeres solas y con niños que si bien no están en situación de calle, a veces hace tanto frío en sus hogares que necesitan un lugar con algo de calor para pernoctar. Estos casos son derivados al refugio de Cáritas, que también gestiona la Municipalidad, y que intenta dar respuesta a estas situaciones.
En todos se sigue el mismo esquema: las personas ingresan a partir de las 19, reciben un kit de higiene personal y una toalla, se pueden dar una ducha y después se les ofrece la cena caliente.
Más tarde pueden dormir y a la mañana siguiente se les ofrece el desayuno.
Necesitan brazos
El refugio que más años lleva en Rosario es Sol de Noche (Marconi 2040). Allí cada invierno albergan a más de 50 personas cuando pueden desplegar toda la capacidad, pero este año el número se redujo a 30, en primer lugar por la pandemia, que exigía mantener el distanciamiento social y luego por la falta de voluntarios.
Por eso, desde la entidad manifestaron la necesidad de contar con más brazos para así ampliar la capacidad y poder dar respuesta.
“A los que llegan y no tienen espacio les decimos que vayan al refugio municipal”, contó Verónica Stack, voluntaria y miembro de la comisión directiva de Sol de Noche.
“Los voluntarios trabajan en dos turnos, el primero es de 19 a 23 y el segundo de 23 a 7”, explicó Stack.
Cada uno se puede anotar en el horario que prefiera y los días de la semana que pueda. En el primer turno se prepara la merienda, se recibe a la gente y la cena. En el segundo se acompaña a quienes llegan al lugar y se prepara el desayuno a la mañana siguiente. De esta manera siempre hay voluntarios por cualquier eventualidad.
Los interesados en colaborar pueden comunicarse a través del WhatsApp 3412-827133, o de las redes sociales: @refusoldenoche.
En tanto, los que buscan un lugar caliente para pernoctar en el refugio Buen Pastor se acercan todos los días cerca de las 19.30. “Los conocemos a todos, aunque siempre llegan nuevos y más en estos días de tanto frío”, contó Matías Echavarría, a cargo del espacio.
En Buen Pastor también se les ofrece la posibilidad de participar del centro de día, donde se dictan talleres de albañilería y carpintería.
FUENTE: La capital
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Dana Vazquez