El acuerdo fue producto, en una primera instancia, de acercamientos secretos y conversaciones exploratorias entre delegados del Gobierno colombiano de Juan Manuel Santos y delegados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP), en la ciudad de La Habana. A partir de entonces se inició un proceso de diálogo formal entre las dos delegaciones.
En este proceso de negociación el Reino de Noruega y la Republica de Cuba cumplen un rol fundamental como Estados garantes, así como también lo hace Venezuela y la República de Chile como acompañantes.
El objetivo que se persigue, por medio de estas negociaciones, es concluir el conflicto armado de carácter interno que tiene lugar desde la década del sesenta. Sin embargo las partes firmantes del Acuerdo General han adherido al principio “nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Haciendo alusión a que los acuerdos parciales, que se han alcanzado (reforma agraria, participación política y drogas ilícitas) son imprescindibles pero no suficientes.
El Gobierno Nacional y las FARC-EP consideran que la construcción y consolidación de la paz, en el marco del fin del conflicto, requiere de una ampliación democrática que permita que surjan nuevas fuerzas en el escenario político
Los seis principales temas sobre los que versa la discusión son: 1. Política de desarrollo agrario integral, 2. Participación política, 3. Fin del conflicto, 4.Solución al problema de las drogas ilícitas, 5. Víctimas y 6. Implementación, verificación y refrendación.
La discusión de cada uno de los puntos de la Agenda ha implicado la realización de un gran número de sesiones de la Mesa, organizadas por ciclos. En este sentido la voluntad negociadora de las partes permitió concluir acuerdos parciales en torno a los siguientes ejes:
1. La Reforma Rural Integral: por la cual se acordó el acceso y uso de la tierra. Se establece un acuerdo en cuanto a las tierras improductivas, al reconocimiento de la formalización de la propiedad, la delimitación de la frontera agrícola y la protección de zonas de reserva. Se manifestó la necesidad de generar Programas de desarrollo con enfoque territorial, infraestructura y adecuación de tierras. La promoción del desarrollo social en materia de salud, educación, vivienda y erradicación de la pobreza. Se convino un estímulo a la producción agropecuaria y a la economía solidaria y cooperativa, la asistencia técnica, subsidios, crédito, generación de ingresos y formalización laboral. Finalmente trató la necesidad de contar con un Sistema de seguridad alimentaria .
2. Participación Política: el Gobierno Nacional y las FARC-EP consideran que la construcción y consolidación de la paz, en el marco del fin del conflicto, requiere de una ampliación democrática que permita que surjan nuevas fuerzas en el escenario político para enriquecer el debate y la deliberación alrededor de los grandes problemas nacionales y, de esa manera, fortalecer el pluralismo y por tanto la representación de las diferentes visiones e intereses de la sociedad, con las debidas garantías para la participación y la inclusión política. Por ello se previó: 1. Derechos y garantías para la oposición política en general y particular para los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del Acuerdo Final. Acceso a medios de comunicación. 2. Mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación directa, en los diferentes niveles y diversos temas. 3. Medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local de todos los sectores, incluyendo la población más vulnerable, en igualdad de condiciones y con garantías de seguridad .
3. Solución al problema de drogas ilícitas: es importante tener en cuenta que esta problemática surge con posterioridad al conflicto interno colombiano. Así las partes del acuerdo manifestaron que la persistencia de los cultivos está ligada en parte a la existencia de condiciones de pobreza, marginalidad, débil presencia institucional, además de la existencia de organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico.
De este modo, acordar sobre diversos subtemas, tales como programas de sustitución de cultivos de uso ilícito; planes integrales de desarrollo con participación de las comunidades en el diseño, ejecución y evaluación de los programas de sustitución y recuperación ambiental de las áreas afectadas por dichos cultivos; programas de prevención del consumo y salud pública; solución al fenómeno de producción y comercialización de narcóticos .
En la actualidad, los ciclos de diálogo continúan en la Habana y la temática que se está discutiendo es la cuestión de las Victimas, tanto de la guerrilla como del Gobierno. Hasta ahora se ha logrado establecer una Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, encargada de investigar sobre los orígenes y responsabilidades del conflicto colombiano.
Mientras continúen las acciones violentas, los bombardeos y masacres por parte de las FARC y el Gobierno colombiano, y en tanto las partes no firmen el cese el fuego bilateral y definitivo, se verá afectada la credibilidad del proceso de paz
En lo que refiere al fin del conflicto, ha habido avances como la creación de una Comisión Técnica de alto nivel para el estudio de fórmulas relacionadas con el fin del conflicto, dejación de armas y cese bilateral de fuego. Recientemente, conforme a esta temática, se ha producido una inédita cooperación entre las FARC y el Gobierno colombiano en el programa de desminado lo que generará "confianza" para un futuro cese bilateral del fuego.
El fin del conflicto es uno de los puntos más controversiales y polémicos. Han trascurrido cuatro años de negociación, situaciones como los secuestros del general Rubén Darío Alzate y la abogada Gloria Urrego en 2014 llevaron a la suspensión del diálogo. A ello se le suma la masacre de 11 soldados en el municipio de Buenos Aires (Cauca) en abril de 2015, que generó el quiebre más reciente en las negociaciones y la interrupción del cese el fuego. Como reacción al ataque, el presidente Santos ordenó levantar la suspensión de los bombardeos sobre los campamentos de las FARC.
Estos acontecimientos demuestran que las FARC nunca han abandonado la lucha armada. Si bien el grupo guerrillero ha declarado cuatro ceses el fuego, y en esa dirección, ha solicitado la misma respuesta del Gobierno colombiano. El presidente Juan Manuel Santos ha insistido en que no habrá un cese el fuego bilateral hasta que no se firme el acuerdo final. De hacerlo “deja a los colombianos expuestos a que si fracasa el proceso, le habremos dado una gran ventaja militar a la guerrilla”, dijo el mandatario.
Mientras continúen las acciones violentas, los bombardeos y masacres por parte de las FARC y el Gobierno colombiano, y en tanto las partes no firmen el cese el fuego bilateral y definitivo, se verá afectada la credibilidad del proceso de paz desarrollado en la Habana y todos los logros alcanzados hasta el momento podrían quedar sin efecto.
(*) Licenciada en Relaciones Internacionales de la Fundación Para la Integración Federal