Los sucesos acontecidos la semana pasada en Toulouse que han mantenido en vilo al pueblo francés han dejado muchas incógnitas y han modificado el debate electoral de cara a las presidenciales del próximo mes en dicho país
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La muerte de Mohamed Merah, quien días atrás asesinó a siete personas en menos de 8 días –entre ellas tres niños, un rabino y tres militares, dos de ellos de origen magrebí y uno antillano– provocó un giro en la campaña electoral francesa.
Hasta la masacre ocurrida en la escuela judía en Toulouse, las cuestiones económicas y el enfrentamiento mediático entre los principales candidatos dominaron el debate previo a los comicios presidenciales de abril y mayo. Pero la irrupción de Merah impacto significativamente en la agenda electoral francesa. Los temas relacionados con la seguridad, la inmigración y el lugar del Islam en Francia se han convertido en los asuntos centrales a menos de un mes de la primera vuelta electoral.
Quien ha logrado réditos por los terribles sucesos ha sido el actual presidente Nicolás Sarkozy, que busca su reelección. Con baja popularidad y sin un programa claro, Sarkozy veía esfumar sus esperanzas de permanecer en el Eliseo ante el favoritismo del electorado por su principal competidor, el líder socialista François Hollande. Sin embargo, los primeros sondeos realizados luego del asesinato de Merah le dan una leve ventaja a Sarkozy por sobre Hollande en la primera vuelta del 22 de abril. Aunque todo indica que Hollande se alzará con la victoria en caso de realizarse la segunda vuelta el próximo 6 de mayo.
La estrategia de Sarkozy continúa siendo la misma desde que comenzó su campaña, la cual se fue adaptando a los vaivenes del día a día. Con un discurso más hacia la derecha, y utilizando un tono duro y emocional, se ha erigido como el "presidente protector" y "el candidato del pueblo" que promete mano dura contra la inmigración -que conlleva implícitamente la cuestión nunca resuelta de la adaptación del inmigrante a la cultura francesa- y contra el islamismo radical.
En este sentido, el presidente saliente anunció la semana pasada cambios en el Código Penal para perseguir conductas que no están penadas actualmente y que contribuyen, desde su visión, a la radicalización de jóvenes e individuos identificados con el extremismo. La reforma implica que aquellas personas que consulten de forma habitual páginas de Internet que hagan apología del terrorismo o que llamen al odio o a la venganza, o que viajen al exterior para recibir adoctrinamiento serán castigadas penalmente.
En cuanto al tema de la inmigración, Sarkozy prometió reducir la inmigración legal "a la mitad" y revisar el Tratado de Schengen - que regula y garantiza la libre circulación de las personas- si a través de las fronteras exteriores de la Unión Europea se siguen colando inmigrantes que, según aseguró, hacen imposible mantener el nivel de protección social en Francia.
Mientras tanto, el socialismo liderado por Hollande -que en los últimos días ha visto caer su posición en los sondeos de cara a la primera vuelta electoral- criticó a los servicios secretos del país europeo por no ser capaz de prevenir los atentados, teniendo en cuenta que Merah estaba fichado por la policía por antecedentes penales y figuraba en la lista negra de denegación de vuelos que maneja en el FBI en los Estados Unidos. En 2010, el joven jihadista fue arrestado en la región afgana de Kandahar y entregado a los soldados norteamericanos que luego lo enviaron de regreso a su país.
Esta cuestión tiene que ver con las preguntas que muchos franceses se hacen luego de terminada esta pesadilla: ¿Cómo hizo un joven de 24 años para convertirse de la noche a la mañana en un asesino confesional que se autoproclamaba militante de Al Qaeda y que fue capaz de asesinar cruelmente a siete personas en venganza de la muerte violenta de niños palestinos y como protesta contra la presencia del ejército francés en Afganistán? ¿Cómo hizo este delincuente común para pagarse los autos, las armas y los departamentos?
Hasta el momento nadie ha podido responder a estas preguntas. La única versión oficial es la de que Merah era un "lobo solitario", independiente de cualquier organización terrorista. Pero las dudas permanecerán flotando en medio de una campaña electoral que promete unos comicios muy reñidos, y en donde el voto de la extrema derecha y de la extrema izquierda tendrán un papel decisivo en caso de ir a una segunda vuelta electoral.
(*) Licenciada en Relaciones Internacionales. Analista Internacional de la Fundación para la Integración Federal
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