En proceso de recaudación
Dados los resultados de la elección intermedia de 2018 nada puede asegurar que el próximo inquilino de la Casa Blanca sea un demócrata. Es más, el reto parece cada día más complicado, basta con ver la cantidad de dinero recaudado por Donald Trump para las campañas presidenciales del 2020 para confirmar que el panorama no se presenta para nada alentador para los demócratas.
Además de la evidente ventaja que implica ser el Presidente en turno, Donald Trump cuenta con una base recaudadora muy sólida que empezó a trabajar en la reelección desde el inicio del mandato, una característica a destacar del equipo de recaudación de Trump es que está poniendo especial atención en las personas que hacen aportes bajos individualmente pero que en conjunto suman una fuerte cantidad de dólares. Sumado a esto, en caso de requerirlo, él podría aportar dinero propio para la elección como lo declaro para la primera vez que resultó electo.
Históricamente, los candidatos demócratas han logrado recaudar más fondos para una campaña presidencial. Sin embargo, en estos momentos el Consejo Nacional se encuentra en apuros, esto debido a que aún tiene fuertes deudas de campañas pasadas, debe utilizarla en la realización de los debates entre los precandidatos a la Presidencia y además lidiar con el posible escenario de perdida de donantes porque el candidato que apoyan no sea el elegido para dar la batalla por la Casa Blanca.
Durante el primer trimestre del 2019, el Presidente Trump llevaba recaudado poco más de 30 millones de dólares, mientras que su competidor demócrata Bernie Sanders, el más cercano en términos de recaudación llevaba poco menos de 21 millones.
El Debate
El Partido Demócrata ya inició la carrera para elegir al candidato más idóneo, aquel que intentará derrotar al actual mandatario republicano además de recuperarse del trauma de la inesperada y aparatosa derrota de Hillary Clinton en 2016.
En este marco, los demócratas se enfrentan a un sinfín de retos, como el atraer a las “grandes minorías” especialmente en los Estados “péndulo” como Arizona, Pensilvania, Wisconsin, Ohio y Florida, este último se ha inclinado más por los republicanos en las últimas elecciones. Además de lograr encontrar un candidato que sea del agrado de la mayoría de votantes, simpatizantes y seguidores y no ocurra un espaldarazo como en el 2016 al ser elegida Hillary Clinton.
Debido al gran número de aspirantes que desean la candidatura, el Comité Nacional ha aplicado medidas para dejar fuera de carrera a al menos cuatro candidatos, que no alcancen a cumplir con los requisitos. Entre estos, se establece que los candidatos deben conseguir 65 mil donantes para sus respectivas campañas, con al menos 200 donantes en 20 estados diferentes y obtener al menos el 2% de intención de voto a nivel nacional por parte de los ciudadanos en tres encuestas legítimas.
El primer debate entre los candidatos demócratas se llevó a cabo el miércoles 26 y jueves 27 de junio.
Las aportaciones más sobresalientes de la noche fueron la de Cory Booker – Senador por Nueva Jersey, quién hizo un fuerte llamado a retornar las negociaciones con Irán respecto al acuerdo nuclear; Bill de Blasio – Alcalde de la ciudad de Nueva York, quien se pronunció a favor de crear un nuevo sistema de salud dirigido y controlado por el gobierno; Julián Castro – ex Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, quién declaró su intención de legislar a favor de la interrupción legal del embarazo a nivel federal; y Beto O’Rourke – Miembro de la Cámara de Representantes por Texas, que se pronunció a favor del trato digno para los migrantes así como crear mecanismos para que los “dreamers” logren obtener la ciudadanía. Pero, sin duda la que se llevó las palmas en la noche fue Elizabeth Warren – Senadora por Massachusetts, que demostró que tiene amplio conocimiento de la gran mayoría de los problemas que deben ser atendidos, y en cada intervención dejo ver que sabe cómo y tiene la manera de hacer valer sus ideas y su agenda innovadora.
Además este día participaron John Delaney – Miembro de la Cámara de Representantes por Maryland; Tulsi Gabbard – Miembro de la Cámara de Representantes por Hawaii; Jay Inslee – Gobernador de Washington; Amy Klobuchar – Miembro Principal del Comité de Reglas del Senado; y Tim Ryan – Miembro de la Cámara de Representantes por Ohio.
En la segunda instancia del debate, llevada a cabo el 27 de junio se destacaron, en primer lugar Joe Biden – ex vicepresidente de los Estados Unidos y uno de los favoritos para ser el candidato demócrata propuso que el Congreso conceda la ciudadanía inmediata a más de 800.000 residentes que llegaron al país ilegalmente cuando eran niños.
Bernie Sanders – Senador por Vermont, aunque en esta ocasión no destacó en el favorito ese ánimo característico de la campaña pasada, ni tampoco lució apasionado en sus intervenciones. Además en algunos momentos del debate Sanders pareció desaparecer.
Por su parte, Michael Bennet – Senador por Colorado, se pronunció a favor de lograr una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 2050 con su “Plan de Cambio Climático de Estados Unidos” y Apoya una opción pública de Medicare.
Y, Pete Buttigieg – Alcalde de la ciudad de South Bend (Indiana) tuvo una participación que destaco, ya que el Alcalde lució sobrio, serio, inteligente, analítico, sensato y demostrando que representa al ala progresista del partido.
Por último, Kamala Harris – Senadora por California se mostró fresca, animada, apasionada, sincera, inteligente, sensata y sobre todo conciliadora.
La lista completa de participantes incluyó a Kirsten Gillibrand – Senadora por Nueva York; John Hickenlooper –Gobernador de Colorado; Marianne Williamson – Escritora y activista Fundadora de Project Angel Food Co-fundadora de Peace Alliance; Andrew Yang – Emprendedor y fundador de Venture for America; y Eric Swalwell – Miembro de la Cámara de Representantes por California, quien finalmente se retiró de la contienda el 8 de julio de 2019.
Temas centrales
Durante las dos noches se tocaron temas de vital importancia para Estados Unidos y el mundo, sin embargo la amplia mayoría de los participantes tuvieron ideas muy dispersas en la ejecución y en los plazos de aplicación para la el cumplimiento de sus respectivas agendas.
Se habló de la posible reincorporación de Estados Unidos al Acuerdo de París aunque, ninguno dedicó realmente mucho tiempo a esta cuestión. Solo seis de ellos hablaron abiertamente de este problema y dieron algunas propuestas muy poco aterrizadas para mitigar los efectos en la actualidad.
Se habló también de la condonación de la deuda estudiantil, problema grave. Warren propone la condonación total de dichas deudas, sin embargo si esto se llevara a cabo se necesitarían acciones para no afectar las finanzas públicas y el gasto del gobierno a causa de un importante ingreso que se dejaría de percibir.
De los grandes temas de debate, hay dos sobre los que sobrevuelan más dudas que certezas. Sobre el estado y futuro del servicio sanitario de Estados Unidos ningún candidato logra articular una propuesta sólida. En segundo lugar, el asunto migratorio, que ha adquirido una dimensión desproporcionada en los últimos años, transformándose en un problema significativo para gobierno actual. Constituye sin dudas, un parteaguas y es un tema central en la carrera por la casa blanca, debido a todas las implicaciones que puede tener en los votantes, especialmente el sector latino y la acalorada, pero delicada y frágil agenda de discusión que se viene trabajando con Guatemala y México principalmente.
En este sentido, Beto O’Rourke, quien hizo su primera intervención de la noche en español, fue el único candidato con una propuesta concreta, al asegurar que no iban a desintegrar a las familias migrantes. Por otra parte, Bill de Blasio, opinó que primero había que convencer a los estadounidenses de que los inmigrantes no eran los causantes de los grandes problemas de Estados Unidos.
Sin duda todos coinciden en algo: la dirección del país bajo la tutela del Presidente Trump no es de su agrado y el rumbo debe corregirse drásticamente.
Esperemos que durante los próximos encuentros se logre alcanzar un “candidato de unidad” que recopile lo mejor de un proyecto demócrata novedoso, pulido, armónico, viable que garantice estabilidad, certeza y rumbo claro a un país que sin duda lleva las riendas de los mercados globales y una nutrida agenda internacional.
Indiscutiblemente la carrera presidencial estadounidense es un interesante caso de análisis , que siempre resulta atrayente, enigmática, pero sobretodo y como lo vimos hace cuatro años…sorpresiva e inesperada.
(*) Analista del Centro de Estudios Políticos Internacionales (CEPI)