Mientras la gran mayoría de los argentinos cumple su aislamiento social, preventivo y obligatorio, viéndose sobre-estimulados (de repente todos nos convertimos en influencers e instagramers, compartiendo recetas, rutinas y tutoriales), el mundo afuera sigue girando.
A decir verdad, lo que menos falta en la situación que atravesamos es la información (tal vez sobra, ¿ no?). Tampoco faltan los análisis. En mayor o menor medida todos estamos en la misma, la vivimos a diario, y encerrados tenemos más tiempo para (sobre) informarnos, pero también para analizar y pensar la realidad que vivimos, así que ahí vamos...
Algunos datos actualizados
Día a día seguimos los números. De más está aclarar su importancia a los fines de ilustrar la realidad, sin embargo, debemos recordar que aquello que representan son seres humanos, atravesados por una misma realidad global de características aún inconmensurables. Aún así, los miramos para seguir el curso de la pandemia.
Al día de hoy, EEUU ya superó los 4 mil fallecidos por Covid-19, y hace rato es ya el país con el mayor número de casos positivos (189.293) aunque parezca increíble que se posicione muy por encima de China, país donde comenzó todo.
Por su parte, Europa sigue sin respiro. España arranca el mes con el triste récord de muertes por la pandemia: 849 personas fallecieron en sólo un día, pese a haber ingresado a una fase de estabilización.
En Italia, las cifras continúan siendo desesperantes (727 personas fallecidas en sólo un día). Pese a ello, se registra un descenso significativo en los decesos. Reino Unido por su parte, alcanza también el récord con el mayor aumento de víctimas fatales en solo día y llegó a los 29.474 casos positivos. Francia es otro país que alcanzó igual récord con una cifra similar.
En América Latina, el ranking de países con mayores contagios lo encabeza Brasil, con 3417 personas infectadas, 250 de los cuales han fallecido. En segundo lugar tenemos a Chile con casi 2000 infectados, siendo reemplazado en su segundo lugar por Ecuador, en cuanto al número de víctimas fatales. Ambos países son en la actualidad los más afectados por la enfermedad. Detrás de Chile le siguen en cantidad de casos confirmados; República Dominicana, Panamá, México y Argentina.
Por su parte, países como Perú, Colombia, Uruguay, Bolivia, Venezuela y Cuba registran menores casos de contagio en comparación con los anteriores, pero las cifras siguen creciendo en la región.
El desafío del liderazgo
En estos momentos lo que se pone en juego es la capacidad de gestión de los gobiernos de cada uno de los países, puesto que con el ritmo vertiginoso de los acontecimientos, se comprobó que ningún Estado, por más poderoso que fuese, estaba en condiciones de enfrentar una pandemia (aún así Corea del Sur y Alemania obtuvieron tasas de letalidad del virus mucho menores). Nadie se hubiese imaginado esta realidad cuando el coronavirus era interpretado allá en diciembre como una enfermedad china.
De manera que no es novedad que esta crisis global puso en evidencia la falta de respuestas de la mayoría de los países afectados, un poco por subestimación, y otro poco por la magnitud del contagio y lo novedoso de esta nueva cepa, pero también por las propias falencias de los servicios de salud.
De este lado del hemisferio podemos decir que con el ejemplo de los casos europeos venimos un poco con el diario del lunes. Aún así, casos como el de Brasil, y en menor medida EEUU, (Trump ya se desdijo nuevamente, logró reconocer la gravedad del asunto y, preocupado, anunció nuevas medidas restrictivas), reflejan una clara subestimación del alcance de la enfermedad.
Hoy el objetivo de aplanar la curva de contagio es el foco de las medidas de aislamiento adoptadas. Sin embargo, no todos los países están adoptando medidas igual de restrictivas en materia de circulación de personas, razón por la cual países como México aún no establecieron la cuarentena obligatoria, pero al menos López Obrador ya no aconseja que, pese a la pandemia, los ciudadanos sigan yendo a comer a los restaurantes para no dañar todavía más la economía del país. En sintonía con ello, AMLO declaró la emergencia sanitaria y una serie de medidas restrictivas por todo el mes de abril.
Brasil, es el caso más resonante/vergonzante. Mientras el Ministro de Salud desaconseja que la sociedad siga las recomendaciones del propio presidente Jair Bolsonaro, éste se dedica a subestimar la realidad de su país con el mayor número de contagiados de la región, en un completo acto de irresponsabilidad.
Países como Argentina, Bolivia, Colombia, El Salvador, Panamá y Venezuela tienen hoy una cuarentena total. Por su parte, en Chile, Perú, Guatemala y Honduras rige el toque de queda nocturno. Además, la mayoría de los países cerraron sus fronteras terrestres, marítimas y aéreas, prohibiendo la entrada de ciudadanos extranjeros.
Hasta aquí, un escueto panorama de la gestión de la crisis. Ahora bien, la capacidad de liderazgo de los mandatarios, también es un factor interesante a tener en cuenta, en momentos en los que predomina la incertidumbre porque día a día pareciera que todo puede cambiar, pero también por las consecuencias económicas que traerá la pandemia, cuando por fín la anotemos en los registros de la historia reciente.
En este sentido, el Covid-19 puede tener como resultado colateral, una reconfiguración del liderazgo que nos haga replantear quien es quien es el escenario político a nivel interno e internacional. ¿O acaso Alberto Fernández no viene ganando apoyo de sectores no tan afines a su ideología partidaria?
De todos modos, es necesario evaluar este factor con la prudencia del que intenta analizar un acontecimiento que aún está ocurriendo (casi una osadía). Así, lejos de pretender una conclusión final, se remarca la importancia de que además de liderazgos “fuertes” los tomadores de decisiones sepan conducir con responsabilidad los asuntos que hoy nos afectan a todos. Que los mensajes se transmitan con claridad, pero también con la garantía de los expertos en la materia, en manos de los cuales hoy está la salud y la integridad de todos.
(*) Analista de Fundamentar