Viernes, 03 Julio 2020 16:52

Sigue girando. México en pandemia

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Comenzamos julio y seguimos contando. Mientras tanto la Organización Mundial de la Salud nos advierte “que lo peor está por llegar”, en un contexto ya complejo, con rebrotes de casos en varios países que hasta el momento parecían contener la enfermedad.

Es el caso de China y países europeos como España, Francia, Italia y Alemania, la cual luego de ser señalada como modelo de lucha contra la enfermedad, tuvo que dar marcha atrás a la flexibilización. Se suma además el acercamiento de América Latina al pico de contagios. Complicado panorama sanitario que no es noticia pero que evidencia que pese a todas las características que desconocemos de esta “nueva normalidad” que se está construyendo, existe una de la que podemos estar seguros: tendremos que convivir con la enfermedad.

Entretanto, cada país atraviesa sus propios ritmos políticos y sus propias crisis aunque la económica sea compartida por todos los estados de la región más desigual de planeta.

América Latina en el eje de la crisis sanitaria: los datos de México.

Convertida ya en el foco pandemia, nuestra región viene experimentando una transmisión comunitaria sostenida que preocupa, sobre todo si observamos la conocida situación brasileña, a la que le siguen las realidades de México, Perú, Chile y Colombia como los países más afectados por Covid-19.

La noticia por estos días es que con un registro de más de 28.000 fallecimientos por la enfermedad, México escala en el ranking de los estados con mayor índice de letalidad, alcanzando el sexto puesto de los países con más muertos por Coronavirus (VER).

En cuanto al índice de contagios la cifra supera los 230 mil casos, ubicando a los mexicanos en el décimo lugar del top mundial.

Con este escenario, las críticas hacia el manejo de la pandemia por parte del gobierno mexicano crecen al ritmo de los índices negativos. Algunos especialistas sostienen que “se está llegando tarde”y que los testeos a la población son demasiado bajos. Por su parte, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, declaró en conferencia de prensa hace dos semanas atrás, que los casos van a la baja.

El problema también deriva de la falta de directrices gubernamentales claras desde el inicio de la pandemia. AMLO pasó de pedirle a la población que no deje de salir para evitar perjudicar la economía, a pedirles que en la medida de lo posible se guarden en sus hogares, siempre desde la lógica de que la consigna se cumpla de manera voluntaria y no mediante el recurso de la fuerza, lo que convirtió a la cuarentena mexicana en uno de los confinamientos menos restrictivos.

Hoy a pesar de las últimas noticias, el semáforo epidemiológico que sigue el gobierno mexicano para transitar a la “nueva normalidad” se encuentra en su fase  naranja en ciertos lugares del país: esta es la primera semana en la que los 18 estados reanudan de manera gradual actividades económicas y sociales, incluyendo la Ciudad de México.



Dos años del “triunfo del pueblo”.

Dijimos que más allá de la situación sanitaria los países de la región están siendo marcados también por sus propios procesos políticos, algunos internos y otros vinculados a su política exterior. Estos procesos son de lectura obligada en la actualización del panorama regional, y en el caso de México pueden ser ilustrados a la luz de ciertos acontecimientos que se están sucediendo por estos días.

El día 1° de julio se cumplieron dos años del triunfo histórico del actual presidente López Obrador, fecha que coincidió con la entrada en vigor del Tratado entre México, EEUU y Canadá (T-MEC) tras 26 años de vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Tan sólo un día antes se conmemoró también un año de la creación de la Guardia Nacional, lo que se sumó al cumplimiento del también primer año del acuerdo migratorio entre México y EEUU en el mes junio.

Finalmente, el bonus track lo constituye la oficialización de la fecha de visita de AMLO a los Estados Unidos para la reunión con Donald Trump prevista para la próxima semana.

Varias cosas entonces a analizar se derivan. En primer lugar, el grado de aprobación de la administración de López Obrador, cuya popularidad a pesar de experimentar cierta caída, se mantiene por encima del 60% según datos de encuestas realizadas recientemente.

Sin embargo, la gestión actual también esta atravesada por la situación de violencia sistémica que México vive hoy y que empaña aquel objetivo de "abrazos, no balazos".

En lo que va de la gestión actual, más de 53.000 personas han sido asesinadas en país. Al menos el 60% de esos delitos están vinculados al crimen organizado. A ello se agrega la violencia contra las mujeres, el aumento de los femicidios y el cuestionamiento de las cifras oficiales por parte de colectivos feministas.

Aun así, a dos años de aquel triunfo, AMLO se permite celebrar. En el informe del día primero de julio sostuvo que su gestión viene cosechando importantes avances en materia de proyectos de infraestructura, combate a la corrupción y recuperación económica con base en el apoyo a los sectores más vulnerables y a las pequeñas empresas.

A la confianza por los indicadores positivos como el fortalecimiento del peso y el aumento de las remesas, México suma una fuerte apuesta por el T-MEC como motor de la recuperación económica para el escenario post pandemia en el que ya esta pensando.

Y aquí resulta interesante observar cómo se dará el inicio de esta nueva etapa en la política comercial mexicana, habida cuenta de la importante interacción comercial mexicana con sus socios: en 2019 el flujo de comercio con EEUU representó el 65.57% del valor del comercio total con el mundo, mientras que Canadá se ha convertido en su cuarto socio comercial. El nuevo tratado, si bien conserva elementos del TLCAN, introduce innovaciones en sectores de la industria automotriz, medicamentos, comercio digital, normas ambientales y laborales. El gobierno de AMLO apuesta todo en este nuevo tratado al que considera una herramienta importantísima para la reactivación económica.

La guardia nacional. Un año después

Cuando el año pasado López Obrador promulgaba la Ley de la Guardia Nacional, el objetivo era cumplir con la promesa de campaña de limitar el papel de la Fuerzas Armadas mexicanas en la seguridad pública. La creación de este nuevo cuerpo debía garantizar la profesionalización de la policía de México. Sin embargo, el Plan Nacional de Paz y Seguridad estableció que los efectivos provendrían de las Policías Militar y Naval, agentes de la Policía Federal fuertemente cuestionada y de la convocatoria que se haría entre civiles. Estos reclutas recibirían formación en planteles militares.

El problema es que un año después de la creación y puesta en funcionamiento, la Guardia Nacional lejos de garantizar la desmilitarización de la seguridad pública, la perpetúa. Aunque el Decreto que dio lugar a su constitución determinaba que la Guardia Nacional debía ser una institución de carácter civil, lo cierto es que al día de hoy la mayoría de sus miembros provienen de las Fuerzas Armadas, reclutados de la Defensa o de la Marina y bajo dirección de la Secretaría de Defensa. 

A ello se suma el fuerte cuestionamiento a la Guardia Nacional por sus tareas en las frontera sur en el marco de la Política migratoria más estadounidense que mexicana.

"Quedate en la frontera"

Un año después del acuerdo de migración entre México Y EEUU y del programa "Quedate en México" con el que este país se comprometió a incrementar sus controles migratorios, la situación solo ha devenido en un aumento de las vulneraciones a los derechos de los migrantes. En condiciones de hacinamiento, con limitado acceso a la salud, al saneamiento y también a la información, la crisis humanitaria se ha agravado en las fronteras norte y sur de México, y la pandemia como gota que rebalsó el vaso, propaga la desazón entre los migrantes.

El mundo sigue girando

Aunque por momentos parezca suspendido en la pandemia que ya cumplió 6 meses, el mundo sigue girando. Y aunque las características del orden actual inevitablemente estén definidas por la crisis sanitaria global que todo lo absorve y por el debate casi monotemático, la política mundial nunca nos aburre.

(*) Analista internacional de Fundamentar

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