Lunes, 28 Junio 2021 14:27

Los oficialismos también ganan en pandemia

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Elecciones en pandemia Elecciones en pandemia

La pregunta que genera insomnio a oficialistas y opositores: ¿la pandemia afecta negativamente a los gobiernos de turno en elecciones? Spoiler: no tanto como se esperaba. Análisis detallado de todas las nacionales celebradas desde marzo de 2020 hasta la fecha. La región del mundo importa. Dos pintorescas yankees y recuelectorales para tres meses.

Hola, ¿cómo estás?

Quiero contar una infidencia, aunque ya te la adelanté hace dos semanas. Hace más de un mes me llegó un mensaje del Secretario General del Partido preguntando si tenía el dato de cuántos gobiernos habían ganado o perdido elecciones en pandemia. Lo responsabilizo a él públicamente porque, como no lo tenía, lo tuve que obtener. Así fue como me puse a armar una base de datos con todas las elecciones nacionales (legislativas y/o presidenciales, no incluye locales o regionales) celebradas desde que la OMS decretó la pandemia de Covid-19 (que ya vendría a ser -21). Mi intuición inicial era que los oficialismos no habían perdido tanto en el mundo como se pensaba y se había tuiteado por ahí, pero tenía que constatarlo con los datos, no con opinión. Con sugerencias de una Gringa, crucé los resultados con el nivel de competitividad electoral (qué tan peleadas son las elecciones en un país determinado) y planeo hacerlo también con el grado de desarrollo humano (para chequear la dimensión económica). 

Este es el primer avance de lo que aspira a ser el primer paper académico surgido de los intercambios que tenemos vos y yo desde hace algunos meses. Así que, si te surgen ideas, sugerencias o intuiciones sobre el tema, por favor hacémelas llegar. Cuando esté terminado o más avanzado, prometo ir contándote más y, obviamente, darte los créditos correspondientes. En el segundo semestre de 2021 se vienen algunos encuentros de politólogos y politólogas que solemos llamar congresos, así que será un buen termómetro para medirnos ante la comunidad nerd organizada.

De modo que hoy comienzo con una breve síntesis de qué sabemos sobre el tema hasta ahora: ¿qué factores inciden en el comportamiento electoral? ¿qué ayuda a ganar a los oficialismos? Después te voy a mostrar el panorama global general de las elecciones nacionales para, posteriormente, meterme en detalle sobre esos resultados: ¿qué pasó en los distintos continentes? ¿hay diferenciación regional del desempeño de los oficialismos? ¿qué pasó donde las elecciones suelen ser más peleadas? ¿y dónde menos?

Ahora sí, vamo’ a analiza’.

¿Qué sabemos sobre el tema?

La gente vota porque vivimos en democracia. Es muy de Perogrullo, pero es bueno recordarlo. Y, como muchas cosas en la vida, es una decisión que tomamos basada en una elección: elegimos hacerlo por uno u otro candidato, por una u otra lista, por uno u otro partido, por una u otra coalición. Este proceso está cruzado por distintas cuestiones, como puede ser la ideología, la clase social y, como muchos estudios han abordado en las últimas décadas, por el desempeño del gobierno de turno. Al hacerlo, cada uno y cada una evalúa hacia atrás lo que los gobernantes (no) hicieron: eso se llama voto retrospectivo. Priman las acciones y los hechos. También incide, a veces, lo que nos imaginamos que pueden llegar a (no) hacer los que compiten en base a sus propuestas de campaña: eso se llama voto prospectivo. Priman los programas y las declaraciones de campaña.

Este proceso de evaluación, que es muy personal, puede estar asociado a un comportamiento más racional en lugar de a ciertos valores políticos determinados. Votamos a favor o en contra del gobierno de turno porque sus políticas, decisiones y programas nos redituaron en beneficios concretos y/o simbólicos. Desde esta perspectiva, que no siempre es la que prevalece a la hora de decidir, votamos con un mix de cabeza y bolsillo, antes que con corazón e ideología. Hay voto ideológico, sí. Abundan textos, libros y teorías al respecto. Pero, en un contexto mundial donde el virus o las medidas para enfrentarlo no son de izquierda ni de derecha, sino efectivas y eficientes, la ciudadanía puede discriminar su apoyo en elecciones a partir de la reacción que tuvo cada gobierno nacional frente a la pandemia. Contagiados, muertos, ayudas económicas, cierres de fronteras, cuarentenas y vacunas pasan a ser parámetros importantes a partir de los cuales definimos nuestro voto. Esto no quiere decir que sean los únicos, pero hoy en día sí se han vuelto muy importantes.

A eso se suma otra agenda interesante que distintos equipos de trabajo han impulsado: la ventaja de los oficialismos. Se presume que los gobiernos de turno tienen más herramientas que la oposición para ganar elecciones, ya sea porque juegan los mismos gobernantes o bien porque ungen candidatos y candidatas (los llamamos incumbents). Esto se debe a que gobernar es una vidriera: inaugurás obras, lanzás planes y programas, tenés reuniones con líderes mundiales, (des)armás acuerdos regionales, contás con medios masivos de comunicación favorables (aunque a veces con varios en contra) y, sobre todo, tenés fierros. Me refiero a recursos humanos, materiales y financieros: militancia, territorio y fondos.

En este escenario, a las oposiciones les cuesta más ganarle al que está sentado en el sillón de las decisiones. Corren con desventaja, que no es lo mismo que arrancar perdiendo. No exageremos, vivimos en una democracia y no en una grieta. Por eso, siempre puede haber situaciones excepcionales que hagan virar el sentimiento popular en otra dirección en el medio de un proceso electoral. Crisis económicas, sociales, políticas y/o institucionales, divisiones del oficialismo, desgaste por mandatos continuados o, quién lo hubiera imaginado, una pandemia. Esto abre el interrogante que vinimos a responder juntos: ¿la pandemia afectó el desempeño de los oficialismos en el mundo?

Quiero ser claro y directo en algo. Acá no vamos a responder si los oficialismos ganaron más o menos elecciones que en el mundo pre Covid-19. Sobre eso habrá que seguir trabajando (y te invito a hacerlo si tenés datos o ganas de sumarte). Pero lo que sí podemos saber hoy, 24 de junio de 2021, es si en más de un año de este bicho maldito los oficialismos ganaron más elecciones que las que perdieron.

La big picture mundial

La base de datos incluye todas las elecciones nacionales celebradas desde 21 de febrero de 2020 hasta la fecha (no incluye la de Etiopía del lunes pasado porque el proceso de asignación de bancas será bastante largo). Si bien la pandemia fue decretada por la OMS el 11 de marzo de 2020, para armar la base tomé en cuenta todas las elecciones registradas por IDEA International cuando el Covid-19 ya era una realidad, y la completé con otras que registré personalmente. Si abren el archivo linkeado más arriba van a encontrar:

  • el país;
  • la fecha, ordenada de la primera hasta la última;
  • el continente;
  • si el oficialismo ganó o perdió: acá tomo en cuenta si en elecciones presidenciales y generales el oficialismo sacó más votos y más bancas, y en elecciones legislativas si sacó más bancas;
  • el tipo de elección: legislativas (que en sistemas presidenciales son aquellas de renovación intermedia del órgano legislativo, y en sistemas parlamentarios y semipresidenciales son aquellas de renovación total de la asamblea denominadas elecciones parlamentarias), presidenciales (cuando se compite solamente por el máximo cargo en sistemas presidenciales y semipresidenciales), y generales (cuando se renuevan conjuntamente cargos legislativos y el presidencial).
  • Las otras columnas con numeritos las explico más adelante, así que guardate estos bullets en la memoria.

Así la cosa, la big picture es esta:

Fuente: elaboración propia en base a IDEA International y fuentes primarias.

En todo el mundo, tres de cada cuatro elecciones celebradas en pandemia fueron ganadas por los oficialismos: 60 victorias  (76%) versus 19 derrotas (24%). Esto muestra, en cierta medida, que los oficialismos se mantienen fuertes y competitivos aun en pandemia. La tendencia se mantiene indistintamente del tipo de elección, aunque en aquellos países donde hubo elecciones generales las proporciones se acercaron más al mitad y mitad. 

Hay más. Como en la vida electoral del Señor hay matices, es bueno desagregar por continentes:

Fuente: elaboración propia en base a IDEA International y fuentes primarias.

Regionalmente hablando, hay partes del mundo donde la fortaleza es notable (Asia y África), otras donde las victorias se asemejan a la media mundial (Europa), y otras que pueden ser consideradas más competitivas en pandemia (América y Oceanía). En estas últimas dos regiones del mundo, parece ser que la pandemia le cuesta a los oficialismos de turno. 

Si vamos el detalle del tipo de elección celebrada en cada continente puede haber una punta más:

Fuente: elaboración propia en base a IDEA International y fuentes primarias.

La tabla anterior muestra que la tendencia a la victoria del oficialismo se sostiene en la mayor parte del mundo, replicando la diferenciación regional que marqué antes. Lo que sí llama un poco la atención son dos cosas. La primera es que, en todas las elecciones generales que se celebraron en América, los oficialismos perdieron: en orden, República Dominicana, Bolivia, Estados Unidos, Ecuador y Perú. Los cinco países tuvieron agendas de discusión pública muy variadas y con disputas internas propias de cada uno. A los que, además, se sumó la pandemia. De modo que el Covid-19 no volteó gobiernos, pero sí pudo haber sumado su condimento en la región. Sobre este punto es interesante traer como contrapunto esta nota de The Economist que me acercó muy amablemente Fede Merke, en la que el autor vaticina derrotas de los oficialismos en la región, apoyándose en las crisis históricas que nos inundaron. En parte le pegó porque las elecciones generales le dan la razón. Sin embargo, las elecciones legislativas revierten y compensan el tanteador. En esa bolsa, claro, encontramos una mezcla de renovación parcial de asambleas (Venezuela, El Salvador y México), con sistemas parlamentarios en los cuales el Gobierno nace del Congreso (por ejemplo Guyana, Surinam, Jamaica, Belice y cinco más). Esto es algo que por ahí no sabías: en América Latina hay mucho sistema político heredado de la Europa colonial. Con La Gente Vota se aprende algo nuevo cada quince días.

Lo segundo es que algo similar ocurrió en Oceanía. La única elección donde se renovó el Poder Legislativo junto al Ejecutivo fue Palau, con victoria oficialista. En las otras tres, con sistemas parlamentarios, solo Nueva Zelanda renovó la confianza en su gobierno: en Vanuatu y Samoa (ya conocés la picante historia) hubo rechazo. Ya sé que me vas a decir: de todos los mencionados, solo Nueva Zelanda tiene algún peso regional destacado en el continente, las demás son islitas pedorras. Yo te digo que acá no discriminamos a ninguna islita pedorra donde se pueda votar y fiscalizar en la arena. 

Las condiciones de competencia electoral


Hasta acá todo muy lindo, pero en la escuela de politólogos nos enseñaron que los argumentos (hipótesis) tienen que ser controlados: en palabras sencillas, cruzados por otras variables que podrían incidir en el resultado que estoy buscando, y que tenemos que considerar como posibles efectos directos.

Si lo que estamos analizando es el desempeño electoral de los gobiernos de turno, ¿qué pasa en aquellos países donde las condiciones no son iguales para oficialistas y opositores? Si la ventaja del oficialismo es una realidad en democracia, es posible (y es real) que haya países donde los gobiernos, además de contar con fierros, persiguen, atentan, menoscaban y minimizan abiertamente las posibilidades de que la oposición les gane. Para evaluar esta dimensión, me centré en la base de datos de V-Dem, un proyecto mundial que evalúa el grado de democracia en cada país a través de múltiples indicadores. Si te copa jugar con gráficos andá directo acá donde te resumen buena parte de la metodología de trabajo.

De este proyecto gigante tomé en cuenta dos indicadores. En la base vas a ver el valor asignado a cada país en las columnas bajo la siguiente etiqueta:

  • V-Dem Elect Dem Index: toma en cuenta la dimensión electoral de la democracia, y mide de una escala de 0 (muy bajo) a 1 (muy alto) el grado en el que se respeta la justicia y libertad de las elecciones, el voto universal, la limpieza del proceso y la convicción ciudadana de que se respete el resultado de las urnas. También captura si en períodos no electorales hay libertad de expresión política.
  • V-Dem Lib Dem Index: toma en cuenta la dimensión liberal de la democracia, y mide, con la misma escala que el anterior, la protección de derechos individuales y de las minorías, el abuso de las autoridades gubernamentales, y la tiranía de la mayoría sobre las minorías. 

Tengo hecho el cálculo y las tablas para la dimensión liberal de la democracia, pero para este informe me centré solamente en la dimensión electoral de modo que podamos ver en qué medida las condiciones de la competencia electoral inciden o no en la victoria de los oficialismos en pandemia. El resultado te sorprenderá:

Fuente: elaboración propia en base a IDEA International y fuentes primarias. La cantidad de elecciones son menos (71 en esta tabla versus 80 en las anteriores) porque no existen datos de V-Dem para 9 países. Cosas de la vida politológica.

Armé cuatro categorías para agrupar los valores asignados a cada país y poder discriminar entre tipos de democracia electoral. A primera vista, a medida que las elecciones son más competitivas (alta y media-alta), como consecuencia de condiciones más igualitarias para oficialistas y opositores, crecen las derrotas de los primeros, pero igualmente mantienen una ventaja importante. Las elecciones celebradas en condiciones menos competitivas (media-baja y baja), donde los oficialismos no solo son fuertes sino que también persiguen y encarcelan, muestran una goleada importante. Ahí no hay pandemia que salve a la oposición. La mayoría de estos regímenes políticos de baja calidad democrática se encuentran en Asia y África (no hay remate). Esto parece otra Perogrullada, pero no es tan así: la clasificación y control por el nivel de democracia electoral abona a la evaluación inicial, en la cual los oficialismos ganan más que lo que pierden.

A modo de resumen, hay indicios para considerar que los oficialismos se mantienen fuertes en elecciones, a pesar de la pandemia de Covid-19. Ni el tipo de elecciones celebradas ni el grado de democracia electoral de cada país permiten encontrar un cambio en esta tendencia. Lo que sí es claro es que hay una diferenciación regional: hay partes del mundo donde se empareja la cancha (Oceanía y América), mientras que en otras se mantiene una ventaja clara (Europa) o abrumadora (África y Asia).

Una yapa. Como ya vengo hace un rato hablando del tema, queda para que pidas delivery: la tabla de las oleadas, donde separo por semestres de acuerdo a la fecha de celebración de las elecciones, las cuales coinciden más o menos con las oleadas de Covid-19 que afectaron a los distintos países. Adiviná el resultado y te llevás datos gratis.

Fe de erratas

En la entrega anterior, distintos amigos, amigas y colegas me advirtieron sobre algunos puntos que se me escaparon u obvié, y que quiero enmendar acá. Porque leyendo se entiende la gente:

  • Mencioné que solamente Paraguay y México tienen la reelección prohibida en la región: resulta que Colombia también desde 2015, dando marcha atrás a la Constitución de 1991. Uribe la había incluido para las elecciones del 2006. Gracias, Aleti Martínez.
  • Un lector anónimo me contó una mágica sobre México. MORENA, además de crecer en cantidad de Estados que gobierna, ganó la mayoría en 19 de los 32 congresos locales. Esto es mucho muy importante porque México funciona similar a Estados Unidos en materia federal y legislativa: hay leyes específicas que se aprueban en un Estado, pero en otro no. Por ejemplo, todo lo que sea ampliación de derechos (aborto, matrimonio igualitario, legalización de la marihuana, etc.). La joda mexicana está en que si una ley X se aprueba en la mitad más uno de los Estados (17), automáticamente se vuelve una ley nacional y los demás Estados la tienen que promulgar. Por esa razón, contar con la mayoría legislativa en 19 congresos es muy importante: pesa tanto como tenerla a nivel nacional. Only in México, qué lindo que es el federalismo. Gracias, lector anónimo.
  • Cuando mencioné la primera elección en Argentina bajo pandemia lo hacía en referencia al nivel provincial: Sofi Santamarina, brillante colega y fan electoral, me alertó que ya se había votado en Río Cuarto a nivel local. Gracias, Sofi.
  • Otra colega, que llamaremos Sra. Jamón York, no solo se re copó leyendo sino que también me recordó que Venezuela tiene sistema electoral mixto para la elección legislativa. Yo te había contado que creía que no me fallaba la memoria y que eran solo dos a nivel nacional. Bueno, corregido. Acá podés ver las últimas elecciones celebradas, justamente, en pandemia, con mucho boicot, escasa participación, poca transparencia y un poco del sistema electoral.

Elecciones pintorescas

A mí no me copa mucho la política electoral norteamericana porque me parece aburrida, pero las dos pintorescas de hoy van dedicados al norte poderoso:

  • Me enteré por el newsletter Decision Desk HQ que las elecciones locales de consejos escolares en Estados Unidos se pusieron picantes. Vos te preguntarás ¿por qué? ¡¿UN CONSEJO ESCOLAR?! ¡¿ESTAMOS TODOS LOCOS?! Parece que la grieta entra en todos lados: dado que cerca de 12 Estados quieren prohibir la Teoría Crítica de la Raza y que creció la discusión sobre el cierre de escuelas en pandemia, se llegó a armar un PAC conservador nacional que va a dar pelea. Vienen por todo.
  • El martes pasado se votó en elecciones primarias para la Alcaldía de Nueva York. Vos te preguntarás (también) ¿y por qué importa una interna local de la capital cosmopolita del mundo? Porque por primera vez en la historia usarán el voto alternativo. El elector puede ordenar todas las candidaturas en una boleta, desde el más preferido hasta el menos. Se cuentan los votos en la primera instancia y, si hay uno que llega al mínimo necesario (generalmente, 50% de los votos), gana. Si eso no pasa, se elimina el que sale último y se redistribuyen los votos otra vez, hasta que alguien quede en pie. Acá te lo explican más detallado. Y acá podes encontrar una infografía completa sobre candidatos y candidatas de cada partido.

Recuelectorales

  • El proyecto Reformas Políticas LATAM sacó un hermoso hilo con todos los estudios sobre sistemas electorales mixtos para la competencia legislativa. Si te quedaste con ganas de más cosas nerds luego de leer sobre México hace quince días, esta es tu oportunidad. Acá te dejo cómo quedó la asignación final de bancas en las legislativas y acá por distrito.
  • La entrega de hoy circuló mucho sobre comportamiento electoral y ventajas del oficialismo. Acá te dejo una nota sobre el impacto de la vacunación en la imagen presidencial, la cual me sirvió mucho para pensar el nius de hoy. Acá, tres papers cortos de tres colegas que respeto (y de quienes aprendí) muchísimo sobre el voto en Argentina: Germán Lodola, María Celeste Ratto y María Laura Tagina. En otro, María Celeste se extiende a toda América Latina. Este siempre me gustó: María Victoria Murillo, Virginia Oliveros y Milan Vaishnav dicen que el giro a la izquierda en América Latina no fue producto de la ideología sino del voto económico. La última es uno de los pocos trabajos sobre ventaja del oficialismo en Argentina a nivel subnacional. Sobre otros países junté algunas cosas, así que si te interesa pedime (hay de Ghana ¡WTF!). Y si querés más, no te pierdas este libro de Noam Lupu, la misma Virginia y Luis Schiumerini.

Un abrazo electoral, cuidate y nos vemos en dos semanas,

(*) Facundo Cruz es politólogo, coordinador Académico Departamento de Gobierno de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Es profesor e investigador en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y bloggero.

FUENTE: Cenital

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Elizabeth Hernández

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