El Consejo Constitucional ratifica que Nicolas Sarkozy gastó más de lo permitido en la campaña electoral de 2012.
Hace seis meses el organismo de supervisión de campañas electorales detectó que el gasto de varios sondeos de opinión, un mítin o la publicación de folletos, no habían sido anotados en las cuentas que hizo el UMP.
El partido conservador queda aún más sumido en una complicada situación financiera, porque debe devolver casi 11 millones de euros al estado, que pretenden conseguir en parte de los bolsillos de los ciudadanos, tal y como ha dicho su actual líder, Jean-François Copé.