En este artículo sólo mencionaremos la disputa por la casa Gris para la cual se presentaron diez pre-candidatos a la gobernación aunque solo dos partidos definieron listas este 19 de abril: el Frente Cívico y Social y el massismo.

Gobernada por el Frente Cívico y Social desde 2007, Santa Fe se ha convertido en el objeto de deseo de todos los partidos que aspiran a tener un lugar importante en las elecciones nacionales de este año. Y es que todos pusieron mucho esfuerzo para asegurarse el mejor lugar posible en uno de los distritos con más electores a nivel nacional.

El actual partido en el poder en la provincia llevó dos pesos pesados a medirse: uno diputado nacional, el otro senador provincial, ambos por el Frente, ambos ex intendentes: uno por cada una de las grandes ciudades de la provincia y uno por cada una de las ramas que conforman el partido (el radicalismo y el socialismo) Mario Barletta y Miguel Lifschitz.

Luego de pasar revista de los cuatro principales partidos que tienen aspiraciones tanto provinciales como nacionales podemos decir que en Santa Fe todo está aún por verse.

El socialismo apostó fuerte con la candidatura de Lifschitz, la cual fue muy discutida puertas adentro, pero que cuenta con la simpatía de los rosarinos que sin embargo son muy críticos con la actual gestión de la intendenta Fein, lo que es evidenciado con el avance del PRO en esa ciudad. El actual senador logró imponerse y, no obstante el hecho de que de manera casi automática Barletta le declaró su total apoyo, aún está por verse si el Frente contará con el apoyo del sector radical del partido o si esos votos irán hacia el Frente justicialista o hacia el PRO con quienes, a nivel nacional, han llegado a un acuerdo. Ante un virtual empate técnico entre el Frente Cívico y Social y el PRO, si es que podemos llamarlo de esa manera ya que desde el oficialismo provincial cuentan el total obtenido por ambos candidatos, este caudal de votos es vital para no perder la única provincia en la que han logrado posicionarse.

Por su parte, el kirchnerismo, luego de su triunfo en Salta el domingo pasado, tenía esperanzas de lograr una performance similar en Santa Fe, uno de los distritos más importantes del país y que tradicionalmente se le ha resistido. Pero parece que la propensión tiende a mantenerse. A pesar de lograr encolumnar al partido detrás de una fórmula única que lleva al ex intendente de Rafaela y actual diputado nacional, Omar Perotti a la cabeza, el kirchnerismo no logró superar al socialismo y al PRO.

Si bien estas elecciones dejaron posicionado al Frente para la Victoria en tercer lugar, es cierto que se debe considerar que la demora por llevar un justicialismo unido retrasó la salida de la campaña. Desde el partido consideran que la fórmula ha obtenido un piso en estas elecciones con la cual deberá trabajar en los próximos sesenta días, de cara a las generales de junio. La dupla Perotti-Ramos- este último es intendente de Granadero Baigorria, actualmente a cargo de la Secretaría de Transporte de la Nación- es fuerte y puede aún crecer en una provincia que ha sido tradicionalmente peronista.

El tercero en discordia en esta historia es sin duda el muy discutido Miguel del Sel. Pregonando ser un outsider de la política y con una campaña que buscó ser graciosa y despertó las alarmas en todos lados aspira anotar para el macrismo la primera victoria del año. Con un resultado que ronda el 30% de los votos Del Sel es un serio candidato. Aunque se estancó en las encuestas en las últimas semanas, los resultados electorales siguen avalándolo para llegar a la casa Gris.

El Frente Renovador es un caso diferente: con dos candidatos -Oscar Martínez y Eduardo Bussi-, pero sin ningún nombre de peso, ya se aseguraba un cuarto lugar, cómodo. El massismo buscó comenzar a escudriñar una plaza en Santa Fe pero con el conocimiento de que en estas elecciones no llegarían demasiado lejos. Así parece que Oscar “Cachi” Martínez, quien resultó ganador de la interna, deberá demostrar en los próximos cuatro años trabajo y gestión para convencer a los santafesinos de que son realmente una opción para 2019.

Comenzamos este artículo preguntándonos que sucedió en Santa Fe. Luego de pasar revista de los cuatro principales partidos que tienen aspiraciones tanto provinciales como nacionales podemos decir que en Santa Fe todo está aún por verse. Como es sabido, las PASO no son garantía de nada, especialmente para aquellos partidos que han postulado más de una lista. Si bien en los últimos años se ha observado una mayor tendencia a la obediencia de partido esto no significa que no vaya a haber, por lo menos ligeras, rectificaciones. El camino que tienen por delante los candidatos será arduo y les llevará suelas gastadas de recorrer las calles de la provincia, acercarse a la gente y transmitirles sus propuestas. Nada está aún dicho, todo puede pasar. Las PASO pueden ser o pueden no ser un reflejo fidedigno de lo que ocurrirá en junio, eso solo lo sabremos con el diario del lunes, el lunes 15 de junio. 

(*) Investigadora de la Fundación para la Integración Federal