El presidente argentino Mauricio Macri en un término 5 días se reunió con dos presidentes aliados de la región: Duque y Bolsonaro. En ambas oportunidades, tanto los acuerdos bilaterales, la crisis venezolana, como el apoyo a la reelección del presidente argentino fueron los temas protagonistas.
El jueves 6 de junio, llegó Bolsonaro siendo recibido por una manifestación para demostrar el rechazo a su persona y a su gestión. Por su parte, la visita de Duque, desde la noche del domingo 9 hasta el día siguiente, no presentó movilizaciones sociales, y se desarrolló con tranquilidad.
Desde la prensa argentina e internacional se hizo énfasis en algunos de los rasgos en común que tienen estos tres presidentes: Tendencia hacia la derecha, amistad con los Estados Unidos y crisis internas.
Los máximos representantes de Argentina, Brasil y Colombia, se encuentran de manera bilateral para avanzar principalmente en acuerdos comerciales, defensa y desarrollo. Además, de intentar profundizar el recientemente creado Prosur, que busca ser una especie de sustito de “Unasur”, esta vez buscando que un giro hacia la derecha en la región.
El problema radica en que, mientras en Europa las derechas están tratando de unirse, en el Cono Sur esto no sucede. Estos tres actores no piensan en unidad, sino en sus propios beneficios, lo que se ve reflejado en acuerdos de índole bilateral, y en negociaciones, con actores externos a la región como Estados Unidos, de manera individual.
En su primera visita oficial a la Argentina, el presidente colombiano planteó que los objetivos de la misma estaban enmarcados en aumentar el comercio bilateral, estimular las inversiones y firmar acuerdos en materia de industria, desarrollo, lucha contra la corrupción, seguridad y derechos humanos.
Por su parte, el encuentro entre Macri y su homólogo brasileño giró en torno al establecimientos acuerdos comerciales de la región con la Unión Europea y la reforma del conglomerado Mercosur. En este sentido, ambas naciones encuentran un punto en común en los programas económicos que llevan a cabo, sin embargo ni Bolsonaro ni Macri piensan en cómo fortalecer su posición en la región y a la región misma, sino que los dos están tratando de insertarse en el mundo de manera individual.
En lo que sí coincidieron fue en uno de los temas centrales: la situación en Venezuela. De esta forma, los mandatarios reiteraron su rechazo y preocupación por la actual dictadura en Venezuela bajo el gobierno de Maduro.
Ambos, Duque y Bolsonaro, al tiempo que criticaron al gobierno venezolano, halagaron al presidente argentino:
“[…], nuestro más profundo sentimiento de construir una Latinoamérica que se libere para siempre de la demagogia y de la dictadura”, en palabras de Duque. Quien en una entrevista afirmó que reelección de Macri como presidente es algo fundamental para América Latina.
En sintonía, Bolsonaro le pidió a los votantes argentinos que tengan “mucha razón y mucha menos emoción para poder decidir el futuro de este país” y que lo hagan reeligiendo a Macri, con quien, agregó, “tenemos prácticamente los mismos ideales”. Además agregó: “No queremos más Venezuelas en América Latina”, una especie de “predicción” que incluso en muchas oportunidades se ha utilizado en Argentina como estrategia de campaña.
“Contextos nacionales”
Estas reuniones se desarrollaron bajo el marco de crisis internas ya sean sociales, económicas, de seguridad, o una combinación de alguno de estos factores.
Bolsonaro aterrizó en una Argentina con un contexto social convulsionado a partir de medidas como la que busca reducir un 30% de los recursos destinados a las universidades públicas. Al mismo tiempo, la economía de Brasil se contrajo por primera vez desde el 2016. Las previsiones de crecimiento descendieron por décimo cuarta semana consecutiva, a pesar de que la reactivación fue un pilar fundamental en la campaña presidencial de Bolsonaro.
A esto se suma que la popularidad del presidente brasileño continúa cayendo. Según datos de la consultora “Atlas Político”, mientras que su aprobación bajó al 28%, el rechazo asciende a 36%.
En cuanto a Duque, según datos del reporte presentado por Indepaz, en sus primeros 100 días fueron asesinados al menos 120 líderes sociales, además la falta de cumplimiento de ciertas garantías está poniendo en riesgo el acuerdo de paz firmado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).
En este sentido, teniendo como base una encuesta de la consultora Gallup, el 60% de los colombianos desaprueban la gestión del actual presidente. Entre febrero y mayo de 2019, el mandatario tuvo una caída de 10 puntos porcentuales en su tasa de aprobación.
Argentina se encuentra en un periodo económico caracterizado por la inflación, la devaluación de la moneda local ante el dólar y la caída en la industria nacional. Además, desde el año pasado, la gestión de Macri se encuentra condicionada por el financiamiento externo por parte del FMI. El último sondeo de la consultora Rouvier y Asociados reveló que el 60,4% tiene una opinión desfavorable respecto de cómo se desempeña el actual gobierno.
A modo de conclusión, si bien no hay dudas de que Macri, Bolsonaro y Duque comparten ideas y contextos similares, siguen existiendo grandes diferencias entre ellos, lo que impide una visión integral de América Latina que permita solucionar las crisis sociales relacionadas a cuestiones como la economía, inmigración y seguridad.
Queda en cada uno de nosotros considerar si estas visitas y sus respectivos apoyos realmente influencian positivamente en los votantes argentinos o si por el contrario la jugada de utilizar la política exterior para obtener apoyo en el interior termina perjudicando aún más al gobierno de turno.
(*) Analista del Centro de Estudios Políticos Internacionales (CEPI)