Casi de manual
Si uno googlea “covid visualizer”, puede acceder a la plataforma que muestra el avance del coronavirus en tiempo real, a nivel mundial. El lunes, Ecuador mostraba la cifra de 180 muertos, mientras que la Policía Nacional reportó que debió ocuparse de 1350 cadáveres solo en la ciudad de Guayaquil. Los números no dan. Lenín Moreno admitió que el conteo oficial se quedaba corto, y a partir de ahí se esfumó y delegó las comunicaciones oficiales en la figura de su vicepresidente, Otto Sonnenholzner. Sí, es ecuatoriano. No, no es alemán.
Bueno, lo cierto es que ante el descrédito del gobierno ecuatoriano por la incapacidad de manejar la crisis, el martes se conoció la noticia que fue tapa de todos los portales del continente. La Justicia de Ecuador condenó al ex presidente Rafael Correa Delgado a 8 años de prisión, sumado a una inhabilitación para presentarse a elecciones por 25 años. Con esto, la estrategia ‘cristinista’ de Correa de presentarse a la vicepresidencia en las elecciones del año que viene, quedó prácticamente descartada. El ex mandatario está en Bélgica viviendo con su familia.
¿Por qué fue condenado Correa? Por una causa de los cuadernos a la ecuatoriana. Así como leés. Una ex asesora de Correa, Pamela Martínez, anotó hace dos años en un cuaderno supuestos sobornos destinados a su partido Alianza País entre 2012 y 2016. Los cuadernos se encontraron detrás de una chimenea y desde ese momento, la Fiscal General de Ecuador, Diana Salazar, espada judicial contra el ex presidente, comenzó a avanzar hasta lograr lo que se logró esta semana: la condena a prisión y la proscripción política.
Mientras tanto, Ecuador vive una crisis sanitaria terrible. Y la situación es trágica debido, entre otras cosas, al ajuste brutal en salud que el gobierno de Moreno realizó en el marco del acuerdo con el FMI. Trascendió que una de las áreas más recortadas en la cartera de Salud fue la de Vigilancia Epidemiológica. Recordemos que la ex Ministra de Salud de Moreno, Catalina Andramuño, renunció por no contar con los recursos para enfrentar al virus.
Andi, fijate que volvieron
Con el paso del tiempo, los nostálgicos de los esquemas de integración de la década pasada seguimos lamentándonos por la desaparición de esquemas como UNASUR y la parálisis de la CELAC. El lamento cobra importancia en estos momentos, cuando es imposible pensar en una respuesta coordinada entre los países para sobrellevar el problema sanitario que nos acecha.
Bueno, ya no hay tiempo de lamentos. Recordemos que con el giro conservador en nuestro continente, aparecieron otros proyectos, como el Grupo de Lima y Prosur, aunque sin un mínimo de institucionalidad. Esta semana, luego de brillar por su ausencia por varios meses, volvieron.
El Grupo de Lima, que es un esquema creado pura y exclusivamente para ejercer presión diplomática sobre el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, reapareció después de un tiempo considerable, solo para decir que apoyaba la formación de un gobierno de emergencia, tal cual lo propuso el gobierno de los Estados Unidos. Chocolate por la noticia, diría un amiguito de mi infancia. Para decir lo que ya sabemos, podrían no haber dicho nada.
Por otro lado, Prosur, que fue una especie de experimento de reemplazo de UNASUR pero genuflexo ante el poder financiero y sus representantes, tuvo un retorno un poco más concreto: por medio de esa plataforma, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Chile, Perú y Colombia acordaron con el Banco Interamericano de Desarrollo la compra conjunta de insumos sanitarios. Algo así como una ida a la farmacia entre todos. Se nota demasiado que Prosur no sirve para mucho, y esta es la prueba. Lo cierto es que, en algunos casos, no alcanzó. Por ejemplo Colombia, es el tercer país en la región que, desde el inicio de la pandemia, acudió al Fondo Monetario Internacional (FMI) y le pidió 11.000 millones de dólares para combatir al coronavirus. Habrá que ver si le dan la plata. ¿Qué puede salir mal?
Comenzó el tutelaje
Hubo varios rumores en Brasil. Primero se dijo que Bolsonaro iba a ser destituido y que Walter Braga Neto, un general que ejerce la Jefatura de la Casa Civil (algo así como un Jefe de Gabinete), había sido ungido como ‘presidente operacional’. Ni una cosa, ni la otra. Bolsonaro sigue en el cargo y Braga Neto tiene funciones de ‘súperministro’, pero no de presidente. Sin embargo, queda cada vez más claro que la suerte del presidente está atada a la voluntad de las Fuerzas Armadas. Una especie de presidencia tutelada.
Lo que cobró público conocimiento fueron los desacuerdos entre el presidente y el Ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, sobre cómo enfrentar la crisis sanitaria del coronavirus. El Ministro pasó la semana pasada cuestionando públicamente al presidente, al punto de decir que la gente debe escuchar a los gobernadores y no tanto al Jefe de Estado, ya que los mandatarios estaduales consideran necesario cumplir con el aislamiento social, a diferencia de Bolsonaro, que ya sabemos qué piensa.
El lunes, varios medios de comunicación de todo el continente afirmaron que Bolsonaro había echado a Mandetta, pero después de algunas horas, el Ministro seguía en el cargo. Entonces, ¿qué paso?
Muchos afirman que Bolsonaro efectivamente quiso remover a Mandetta pero las Fuerzas Armadas le frenaron el carro. Más concretamente, el vicepresidente Mourao y el ministro coordinador, Braga Neto. Tras el respaldo del ala castrense, la más poderosa del gobierno, Mandetta cobró protagonismo y siguió no sólo en funciones sino que, fortalecido, sigue promoviendo el aislamiento en los medios de comunicación. Terrible merengue en Brasil, amigxs.
Goodbye, Bernie
Finalmente, Bernie Sanders se bajó de la carrera presidencial. Tras haber evaluado que no había un camino factible para ganar la nominación, decidió dar un paso al costado y apoyar al ex vice de Obama, Joe Biden, para intentar vencer en noviembre a Donald Trump.
Mala noticia para América Latina, ya que Biden tiene un historial intervencionista en lo que considera -como la gran mayoría de la clase política norteamericana- el patio trasero de los Estados Unidos. Lo cierto es que si antes los indicadores económicos le daban a Trump grandes posibilidades de lograr la reelección, la coronacrisis puso en tela de juicio esa afirmación: la tasa de desempleo en los Estados Unidos subió a un 14% en 3 semanas de crisis, superando el pico de 10% que hubo en octubre de 2009.
Bonus track
Dejo un artículo que el Presidente de España, Pedro Sánchez, escribió el domingo pasado en El País (ver acá). Deja en claro algunos conceptos sobre lo que él espera de la Unión Europea en estas circunstancias. Recién ayer hubo un primer acuerdo a nivel europeo desde que arrancó la crisis, para destrabar un poco más de 500.000 millones de euros para luchar contra la pandemia. Las negociaciones llegaron a buen puerto porque Italia y España lograron que los fondos se habiliten sin condicionalidades.
Les dejo también uno de Valeria Carbone, quizás una de las personas que más sabe sobre Estados Unidos, donde cuenta cómo el gran país del norte pasó de ser ‘el país mejor preparado’ al colapso sanitario (ver acá). La nota desmiente al diario La Nación, aunque eso es moneda corriente. En Nueva York están cavando fosas comunes. Las imágenes, como esta de Hart Island, son terribles.
Por último, un poco de contenido multimedia para hacerlo un toque más llevadero. O no.
Como para graficar un poco más lo que pasa en Ecuador, en Guayaquil están comprando ataúdes de cartón para los fallecidos.
La otra foto es de la Estación de trenes Hankou, en Wuhan. La gente se va de la ciudad donde comenzó todo tras el levantamiento de algunas restricciones para moverse
Por último, una recomendación y una licencia. La recomendación es Underground, una película de 1995 del director serbio Emir Kusturica. Es una peli cargada de simbolismos sobre Yugoslavia en la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría, y el período post – URSS, cuando el país fue desmembrado mediante una guerra fratricida terrible. Toda la analogía está resumida en un sótano donde hay gente que pasa en él más de 20 años. Como para repensar el encierro, ¿verdad? La música de la película es sencillamente maravillosa. Está en Youtube. Dura más de dos horas y media, pero no sabés qué más hacer para que pasen los días, así que acomodate y mirá esta obra de arte (ver acá).
La licencia que me tomo es para hacer un chiste de dudosa calidad. ¿Saben quién es el juez preferido de Boris Johnson? Eugenio Raúl Zaffaroni. (ver acá)
Nos leemos el viernes.
(*) Analista de Fundamentar