Sábado, 22 Mayo 2021 20:07

¿Quiénes escribirán la Constitución chilena?

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De cara a los comicios presidenciales de noviembre, el resultado de las “macroelecciones chilenas” confirma lo que las calles vienen anunciando: el tablero politico chileno ha sido puesto en jaque, y las fuerzas emergentes rompen con los partidos tradicionales, volviendose protagonistas de una épica transformación.

La historia que vienen escribiendo los chilenos y las chilenas nos ha dado este último fin de semana un nuevo capítulo: el de las elecciones de la Convención Constituyente. 

De los 155 miembros de la Convención, un 31%  fue para los independientes, que obtuvieron la mayor cantidad de integrantes. 48 escaños serán para líderes barriales, feministas, activistas sociales, ambientalistas, periodistas y escritores, entres otros actores que (contra todo pronóstico) supieron vehiculizar las demandas y cristalizarlas en espacios desde los cuales disputarles la representación a los poderes tradicionales.

Mientras tanto, la coalición del presidente Sebastián Piñera “Vamos por Chile”, apenas obtuvo 37 representantes, al tiempo que los partidos tradicionales de centroizquierda bajo la “Lista apruebo” sumaron 25, y 28 reunieron los partidos de izquierda que se unieron en la lista “Apruebo dignidad”.

La derrota de Piñera y sus aliados los dejó muy lejos de los 52 votos a los que aspiraban para vetar artículos y lograr posiciones más fuertes en la Constitución. El reconocimiento de esa derrota no tardó en llegar. Oposición e independientes superaron por amplio margen al oficialismo, en una muestra más de que los protagonistas del estallido social imparable de hace más de un año consolidaron su fuerza y están dispuestos a tomar parte de la construcción de un nueva historia.

Y va a caer y va a caer! La constitución de Pinochet!

Si hasta hace poco considerabamos un suceso histórico en sí mismo a la posibilidad de acabar con la constitución pinochetista mediante una Convención Constituyente formada íntegramente por ciudadanos escogidos en elecciones libres, hoy tenemos que sumar la pluridad de voces en esa representación: el cupo de 17 electores provenientes de pueblos originarios y la paridad de género que garantiza que de los 155 constituyentes electos, 77 sean mujeres. Las nuevas reglas de juego se han estrenado.

Pluralidad de voces

Entre los independientes se encuentran actores surgidos de las protestas de aquel 18 de octubre de 2019, quienes se han agrupado bajo  la “Lista del pueblo” . Grupo que definido como un movimiento ciudadano autoconvocado postula que la institucionalidad chilena ha caducado y que es necesario romper con el modelo neoliberal de injusticia y desigualdad, sostenido por la estructura constitucional.

Figuras como “la tía Pikachu”, una mujer  educadora que disfrazada del personaje que participó de las manifestaciones aprovecharon su popularidad y lograron tener un lugar dentro de la Convención.

Una vocera del pueblo mapuche como Natividad Llanquileo, junto con otra mujer, campesina y autoridad espiritual como Francisca Linconao que se convirtió en la candidata más votada de los pueblos originarios, son  también protagonistas de este nuevo proceso.

Defensores ambientales y de Derechos Humanos también han obtenido su lugar para redactar la nueva constitución chilena , junto a líderes del feminismo como Alondra Carrillo. Hay también dentro de lo electos independientes, académicos y profesionales como Rodrigo Logan, un abogado que propone otorgar autonomía administrativa a los pueblos originarios y que alcanzó su puesto como independiente “fuera de pacto” (sin integrar ninguna lista de independientes) y por fuera de la “Lista del Pueblo” que aglutinó a las distintas agrupaciones sociales si militancias en partidos politicos.

La garantía de los derechos sociales básicos, del acceso a la salud, la defensa de un estado presente que garantice los derechos a una educación de calidad, al trabajo, a la vivienda , a la equidad de género y a la seguridad social son demandas que constituyen el común denominador de los independientes y auguran los cambios próximos.

¿Cómo seguirá el proceso?

La Convención que comenzará sus funciones en el mes de junio, dispondrá de un plazo máximo de 9 meses para presentar la nueva Carta Magna y que esta sea sometida a plebiscito a mediados de 2022,  pandemia mediante.

De ser aprobada, esta constitución será  la primera  redactada mediante un proceso plenamente democrático, participativo y paritario en la historia.

En adelante se discutirán asuntos fundamentales que en su mayoría recogen las demandas de las movilizaciones sociales del presente período, pero principalmente la  discusión se dará sobre la base de una deuda de la democracia chilena : una constitución verdaderamente democrática.  El modelo politico y económico de la empresa privada que excluye y endeuda a los ciudadanos será el principal objetivo.

Nuevas leyes requerirán nuevas alianzas en este estrenado tablero político.

Históricas megaelecciones

Lo del fin de semana fue histórico por las 4 elecciones simultáneas: además de los integrantes de la Convención, los y las chilenas votaron por primera vez por gobernadores de 16 regiones. La mayoría de los resultados, a definirse en segunda vuelta.

Nunca antes habían elegido a sus líderes regionales puesto que ellos eran designados por el Poder Ejecutivo. De esta manera se rompe de con una pata del centralismo que durante décadas caracterizó al sistema político chileno.

Pero además, se escogieron alcaldes y alcaldesas para 346 comunas, y concejales. Sufragios que dejaron un dato sumamente clave; la victoria de una candidata comunista en Santiago.En tanto, el Partido Comunista y el Frente Amplio, sumaron importantes escaños municipales y regionales, en un claro crecimiento de los partidos de izquierda.

El Chile que despertó

De cara a las elecciones primarias presidenciales del 18 de julio, el resultado de las megaelecciones obliga a repensar las alianzas y a no subestimar el peso de los movimientos que forman parte del estallido social, y que ha modificado de  manera inédita la correlación de fuerzas de un país acostumbrado a mantener el poder entre los mismos de siempre.

La expectativa de cambio es tan alta, como los costos que la sociedad chilena ha tenido que pagar para llegar hasta donde se encuentra hoy. El camino que sigue se construye a fuerza de la institucionalidad  democrática cuyas nuevas reglas de juego ya están en marcha.

(*) Analista internacional de Fundamentar

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