La presidenta Cristina Fernández de Kirchner pidió hoy un "compromiso de unidad" a los jefes de Estado de los países miembros del Mercosur para hacer frente a un mundo "difícil, complejo y por momentos hostil", que tiene "nuevas formas de colonialismo más sutiles" y que busca ver al grupo regional "separado y dividido".
"Les pido un compromiso: que cada decisión, que cada política la tomemos con la visión completa de cómo le sirve a cada uno de nuestros países esta unidad, para no escuchar cantos de sirenas", dijo Cristina al hablar en el plenario de jefas y jefes de Estado del Mercosur en Montevideo.
Advirtió que esos "cantos de sirenas" vienen de los que "quieren volver a vernos separados y divididos porque así les ha sido mucho más fácil".
Por eso, Cristina exhortó a sus pares a "repensar estrategias" ante el "riesgo" de que se dé "una nueva reconfiguración del mundo" y se "reprimaricen" las exportaciones de los países latinoamericanos.
"Es el único instrumento que tenemos, la unidad, la integración para seguir profundizando este proceso de democratización, porque la verdadera democracia es cuando la mayoría puede acceder a los bienes y servicios universales y mejorar su calidad de vida", argumentó.
De esta forma, Cristina hizo una enérgica defensa del Mercosur y alertó sobre el interés de una parte del mundo en debilitar a este grupo de países, en el discurso que pronunció en Montevideo en el plenario de jefes y jefas de Estado del bloque regional, en el que Surinam y Guyana se anunciaron como nuevos miembros asociados.
"El gran desafío es el valor agregado, la industrialización, la integración", insistió y juzgó que América latina está frente una mundo "difícil, complejo y por momentos hostil" que tiene "nuevas formas de colonialismo más sutiles".
La Presidenta aprovechó también para "reflejar en números" la importancia del Mercosur e hizo un detalle comparativo del ingreso per cápita en América latina y en el resto del mundo desde 1980 hasta la actualidad, pasando por la década del 90 en la que se imponían los lineamientos del Consenso de Washington.
"Que no me vengan con ideologías, estoy hablando de números", señaló y apuntó que entre el 2003 y el 2012 el ingreso per cápita para América latina era de 3.068 dólares, en tanto que en el resto del mundo registraba un ingreso de "más del doble" de 6.379 dólares.
En cambio, a partir de la "recuperación de la región" en la última década, a fines del 2012, el ingreso per cápita en Latinoamérica es de 11.812 dólares y en el resto del mundo 10.980 dólares.
"Esta es la historia de la región en números; ni de ideas ni de colores; estoy hablando de lo que significan esos números en la vida cotidiana de nuestra sociedad: significan la inclusión social de millones que carecían de trabajo y que no tenía ni educación ni salud", remarcó.
Además, la Presidenta reivindicó el derecho al asilo, "un derecho que fue reformulado por México, que fue restringido en Europa antes, y que tanto sirvió a tantos latinoamericanos perseguidos por las dictaduras, torturados durante el siglo XX".
"Somos diversos, plurales, distintos pero iguales en querer seguir creciendo con inclusión, equidad y con democracia que deben ser los tres rasgos distintivos que siguen uniendo al Mercosur. Hoy, ayer y siempre", dijo.
Cristina participó de la 45º Cumbre del Mercosur, que tuvo lugar en el Edificio Mercosur de la capital uruguaya Montevideo.
La jefa de Estado arribó anoche a esta Ciudad y partió luego de la alocución de los miembros plenos del Mercosur de regreso a Buenos Aires, para asistir a la reinaguración de la muestra teconológica Tecnópolis.
Con la mandataria viajaron la ministra de Industria, Débora Giorgi; el viceministro de Economía, Axel Kicillof; el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno; el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zanini; y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro.
Además, fueron parte de la comitiva el ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman; la secretaria de Comercio Internacional, Beatriz Paglieri; y le embajador de Argentina en Brasil, Luis María Kreckler.
FUENTE: Télam