El FMI levantó la moción de censura que pesaba sobre el país desde 2013 a raíz de las estadísticas del Indec, particularmente del Indice de Precios al Consumidor (IPC) y del Producto Bruto Interno (PBI). “Desearía felicitar a las autoridades por su vocación de transparencia y su determinación de mejorar la exactitud de los datos oficiales en un plazo tan breve”, dijo la titular del FMI, Christine Lagarde. El Fondo devolvió favores al gobierno de Mauricio Macri, que reinsertó al país en la auditoría anual prevista en el artículo IV, como medida simbólica, pero sobre todo repuso el usual programa económico del FMI.
Ayer tuvo lugar la reunión de directorio del FMI en la cual se analizó el caso argentino. Luego de ese encuentro, el organismo difundió un comunicado en el cual indicó que “el país brinda información sobre el IPC y el PIB de manera acorde con las obligaciones que contempla el Convenio Constitutivo del FMI”. “El Directorio también levanta la declaración de censura y la expresión de preocupación”, agregó.
Más allá de la cuestión estadística, la medida estaba cantada desde que el gobierno de Macri estrechó el vínculo con el Fondo a partir de la bienvenida a la misión de técnicos que realizaron la auditoría prevista en el artículo IV del estatuto del organismo. Esa visita no se llevaba a cabo desde 2006, cuando se enfrió la relación luego de la cancelación de la deuda por 9500 millones de dólares en el gobierno de Néstor Kirchner.
El primer llamado de atención oficial del Fondo en relación a la falta de fiabilidad de las estadísticas se produjo en 2010. El organismo introdujo en su informe sobre perspectivas económicas mundiales una salvedad sobre los datos nacionales. El Gobierno de Cristina Fernández en 2012 comenzó con el proceso de elaboración de un índice de precios de alcance nacional pero no fue suficiente para el FMI, que lamentó la “falta de avance” en el tema.
El viernes 1 de febrero de 2013 el FMI emitió la declaración de censura sobre las estadísticas del Indec. La estrategia del Gobierno se concentró en acelerar el desarrollo del el IPC-Nacional para reemplazar al IPC-GBA, en un trabajo en conjunto con Fondo. El acercamiento a nivel técnico con los funcionarios del FMI desactivó en cierto modo la tensión, de hecho el organismo emitió varios comunicados desde ese momento e incluso luego de la publicación del IPC-Nacional a comienzos de 2014, destacando el avance de las estadísticas públicas.
Pero el giro en la relación llegó con Macri, a pesar de que el desempeño del Indec dirigido por Jorge Todesca no está exento de cuestionamientos. Se llevó a cabo un inédito apagón estadístico que duró casi todo el primer semestre, durante el cual cayó la actividad productiva, los precios se fueron a las nubes y se deterioró el empleo y los salarios. Además, los primeros datos del nuevo Indec tampoco resultaron satisfactorios para muchos analistas. Por ejemplo, en el primer trimestre el consumo creció oficialmente 1,1 por ciento, mientras que el gasto público lo hizo en un 2,7 por ciento, contradiciendo a los cálculos de los privados. En el segundo trimestre, el Indec anotó una leve contracción en esos variables del 0,1 y 2 por ciento, cuando todas las mediciones alternativas remarcaban el desplome de ambos datos. Otro caso es el del sector textil, que en el primer semestre, en contra de toda evidencia, creció 8 por ciento para el Indec.
El nuevo vínculo entre el FMI y la Argentina está signado por la buena sintonía política y en materia de decisiones económicas. “Los directores ejecutivos elogiaron la determinación de las autoridades por abordar las limitaciones metodológicas del IPC y el importante progreso realizado con las acciones específicas relativas a los datos sobre la inflación”, dijo ayer el Fondo.
FUENTE: Página 12
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Abbondanzieri