El Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que la economía argentina se contraiga 3,5% en el año en curso. Así resulta de la actualización del informe Perspectivas de la Economía Mundial (WEO según su sigla en inglés) dado a conocer por el organismo en la mañana de este martes en Washington. El reporte anticipa un aumento de 3,2% en la economía global y advierte sobre riesgos al alza para la inflación en un “contexto de crecientes tensiones comerciales y una mayor incertidumbre política”.
La última proyección sobre el comportamiento de la actividad en la Argentina supone una profundización de la recesión, ya que, en el anterior informe del FMI, difundido en abril, se esperaba una caída de 2,8%.
Sin embargo, Fondo sigue augurando una marcada recuperación para el año próximo, cuando el producto bruto argentino tendría una expansión de 5%.
En lo concerniente a las condiciones globales, el Fondo espera que el crecimiento mundial se ubique en 3,2% en el presente año y en 3,3% el próximo. Se destaca entre los países desarrollados, la expansión de 2,6% que se espera para los Estados Unidos. Se considera también que en la eurozona la actividad parece haber tocado fondo y proyecta un modesto repunte del 0,9% para 2024.
Mejor es el panorama para los mercados emergentes y en desarrollo.
Las previsiones han sido corregidas al alza particularmente porque se espera una mayor actividad en China -uno de los principales socios comerciales de la Argentina - e India. En el caso de la economía china, el crecimiento proyectado es 5% para 2024, principalmente debido a un repunte del consumo privado y fuertes exportaciones en el primer trimestre. Para 2025, se prevé que el PBI aumente algo menos, 4,5%.
Por el contrario, se revisó a la baja el pronóstico para Brasil -otro de los socios clave de la Argentina- como consecuencia del impacto a corto plazo de las inundaciones. Este año el principal socio del Mercosur se expandiría 2,1% pero tendría un mejor desempeño el próximo, alcanzando el 2,5% de aumento apoyado en factores estructurales como, por ejemplo, la aceleración de la producción de hidrocarburos.
En cuanto a los precios de las materias primas, las proyecciones del personal técnico del FMI contemplan un aumento de las cotizaciones de los commodities (excluidos los combustibles) de 5% en 2024. En cambio, se espera que los precios de las materias primas energéticas caigan alrededor del 4,6% en 2024.
Riesgos para la economía mundial
El informe advierte sobre amenazas a corto plazo para la economía mundial. Estas incluyen “riesgos al alza para la inflación que se derivan de la falta de avances en la desinflación de los servicios y presiones sobre los precios que emanan de renovadas tensiones comerciales o geopolíticas”.
Se señala que, si el crecimiento de los salarios nominales es acompañado por un avance débil de la productividad, se podría dificultar que las empresas moderen los aumentos de precios.
La escalada de las tensiones comerciales, por su parte, podría aumentar aún más los riesgos a corto plazo para la inflación al aumentar el costo de los bienes importados a lo largo de la cadena de suministros. Así, se concluye que el riesgo de una inflación elevada ha aumentado las perspectivas de tasas de interés más altas durante más tiempo, lo que a su vez aumenta los riesgos externos, fiscales y financieros.
El informe explica que una apreciación prolongada del dólar, derivada de las disparidades de los tipos de interés, podría perturbar los flujos de capital e impedir la flexibilización planificada de la política monetaria, lo que podría afectar negativamente al crecimiento. Las tasas de interés persistentemente altas podrían aumentar aún más los costos de endeudamiento y afectar la estabilidad financiera.
A su vez “la posibilidad de que se produzcan cambios significativos en la política económica como resultado de las elecciones de este año (en EEUUU), con efectos de contagio negativos para el resto del mundo, ha aumentado la incertidumbre”. Estos posibles cambios implican “riesgos de despilfarro fiscal que empeorarán la dinámica de la deuda, afectando negativamente los rendimientos a largo plazo y aumentando el proteccionismo”.
Por último, advierte que “los aranceles comerciales, junto con una ampliación de las políticas industriales en todo el mundo, pueden generar efectos de contagio transfronterizos dañinos, así como desencadenar represalias”.
En cambio, propone políticas que promuevan el multilateralismo y una implementación más rápida de reformas macroestructurales que impulsen el aumento de la oferta, la productividad y el crecimiento, con efectos positivos.
FUENTE: Ámbito Financiero